El imperativo categórico tiene varios enunciados, pero el más sencillo dice que hay que actuar de modo tal que tu criterio para hacerlo pueda ser ley universal. Rajoy, por motivos de necesidad, ha incumplido la norma de déficit de la UE, pero ahora niega a las autonomías el derecho a hacerlo. Felizmente para él, Rajoy no es un kantiano típico, y eso le permite dedicarse a la política, regida por las leyes del poder. La ley suprema del poder (en su versión más noble) es ésta: actúa como tengas que actuar, siempre que puedas. Gracias a su mayoría absoluta, y al control de la mayoría de autonomías y ayuntamientos, de momento puede. En cambio no está del todo claro, todavía, que pueda con Bruselas. Ahí se ha jugado la cabeza, lo cual es de agradecer; salvo que la pierda en la UE y nos pierda a todos, en cuyo caso habría que agradecerle que se fuera. Aquí no hay imperativo categórico para nadie.