Antes de ser reconocido como un artista universal, Jean Giraud fue el último de los historietista clásicos y el primero de los contemporáneos. Aunque siempre cultivó la dualidad -Gir/ Moebius, El teniente Blueberry/El garaje hermético- el tiempo logró la síntesis absoluta, completa: Gir le fue entregando el lápiz a Moebius en los últimos años de Blueberry pero también Gir embridó la tendencia al gesto y al solipsismo de Moebius en El incal de Alejandro Jodorowski y otras obras.

La dualidad benefició al artista pero perjudicó notablemente al historietista. Hay mucha, muchísima imperfección en los cómics de este dibujante y narrador sobrado de capacidades, seguramente por sus escapadas de explorador que le recompensaron, como ilustrador, con el hallazgo de imágenes nuevas y con el descubrimiento de mundos nunca vistos.

Gimnasta de la psicoactividad, fuera por el consumo de cannabis, de ficciones fantacientíficas o de patrañas como la parapsicología en los setenta o el new age en los noventa, Moebius logró representaciones verosímiles de la espiritualidad, visualmente válidas incluso para materialistas puros.

Fue el creador francés un gran dibujante del dinamismo y del estatismo, de la cinética en los caballos de Blueberry y de la ingravidez en el ave pétrea de Arzak.

Pereza. Giraud no compró la pereza de Moebius -que fue un monje oriental del dibujo, un lápiz imparable que mandó a imprenta demasiadas cosas- pero se puede decir que el teniente Blueberry ganó al póker el dinero que compró la libertad del mayor Grubert.

Como Jean Giraud es incontestable y se sostiene por el éxito del mercado, que todo lo explica, es Moebius el que precisa ser explicado, el que da conversación, porque buscó texturas nuevas y encontró trazos propios y porque le hizo universal, o sea, reclamado en metrópolis como París, Nueva York, Los Ángeles y Tokio, entre muchas otras.

Gir y Moebius, sean uno a hombros de otro, sean los dos al lado, gemelos o siameses, hicieron de Jean Giraud un gigante que, al morirse, ciega infinitos paisajes inéditos.