Rajoy ha hecho realidad lo que no quiso hacer en tiempo electoral para salvar la cabeza de Arenas. Le fallaron las dos previsiones. Ni Arenas será presidente andaluz, ni los feroces hachazos han servido para calmar al personal, sino todo lo contrario. Sobre sus votantes y sobre quienes no le votamos han caído las siete plagas de Egipto y, al estar en tiempo de Pasión, Rajoy nos obliga a un vía crucis y nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino. Ayer en Antequera, Mariano Rajoy daba cuartelillo al perdedor-campeón Arenas y le animaba a seguir en la arena del ruedo para ver si es cierto que no hay quinto malo. Arenas, a los ojos de los suyos y de la Andalucía de izquierdas, está más que amortizado.

De las siete plagas de Egipto la que más preocupa es la plaga de la langosta que dejó los campos yermos, sin brotes, ni verdes ni negros; sólo arena y desierto. Eso es lo que nos espera nada más conocer los presupuestos. A Cristóbal Montoro, paladín sonriente del déficit, masoquista de los recortes y los hachazos, no le importa que el Gobierno de Rajoy haya incumplido con el Estatuto andaluz. Montoro, junto con la ministra del desempleo, Fátima Báñez, se han reído de Andalucía y, lo que es peor, el diseño de los presupuestos y sus inversiones en la comunidad andaluza estaba hecho antes de las elecciones andaluzas con la seguridad de que Arenas ocuparía la Presidencia de la Junta; con la seguridad de que su silencio sería cómplice, poniéndose de rodillas ante Rajoy.

Ahora más que nunca Andalucía necesita un gobierno de izquierdas, estable, con las ideas muy claras. Un gobierno sensato, riguroso, no dado a veleidades ni a ocurrencias inviables. Es la hora de Griñán; es la hora de un político sólido seriamente preocupado por propuestas socialdemócratas y su aplicación a los menos favorecidos todo lo contrario de las propuestas neoliberales de Rajoy. Griñán no lo tendrá fácil porque Rajoy sigue en clave electoral. Ni en Galicia ni en el País Vasco se han reducido las inversiones porque están a las puertas de las elecciones. Andalucía es castigada porque no le dio la Presidencia de la Junta a Javier Arenas. Rajoy, como tiene escrito José María de Loma, baja a territorio hostil. Y, ahora, con los hachazos a la sociedad del bienestar, a la educación y la investigación aún más. Los recortes sociales son de tal magnitud que dan escalofríos.

Ya es lamentable que el PP haya escogido a Antonio Sanz, máster en ERE, para intentar explicar los recortes (37,6% menos en Andalucía) y el no cumplimiento del Estatuto. ¿Dónde está Javier Arenas? Sanz se aturulló como le sucedió a Fátima Báñez cuando quiso explicar el origen del famoso vídeo que manipulaba la reforma laboral. La política, cuando se miente de forma reiterada, da lugar a estos esperpentos.

P.D.- Mariano, que se acerca el verano, dio ayer golpecitos de afectos a Javier Arenas. Lo quiere en Andalucía no le vaya a incendiar Génova (sede central del PP) y le haga la cama a Jimena de Cospedal.

(2) Celia Villalobos, de la manita de Bendodo, tendrá que explicar el recorte del 50% en la inversión del Gobierno en Málaga. Y tendrá que montarse otra historia sobre el futuro del Campamento Benítez, objeto amado y reiterativo de su campaña electoral, y no trasladarle a su gran amigo, Paco de la Torre, la patata caliente.

(3) Francisco de la Torre, de procesión en procesión. Terminará con el rosario de Servitas y Málaga en silencio y las luces apagadas. ¿Todo un símbolo?