La última pirueta de Esperanza Aguirre para mantener la atención del público en su cuerpo juncal dice basarse en un informe, que muestra el ahorro por la retrocesión de competencias. Creo que hay que hacer otro informe sobre cuánto le cuesta Madrid al presupuesto y al país, y para qué sirve. Cuánto cuestan los ministerios sin competencias, las instituciones sin funciones reales, los centros de estudios que no estudian, las mil academias e institutos que sestean apenas, las burocratizadas y paralizantes sedes centrales de muchas compañías. No hablo de suprimir nada, sólo de hacer un balance coste-beneficio despacho por despacho, y luego juntarlo todo en una carpeta con el nombre «Expediente Madrid/cura de adelgazamiento». Después comparamos el resultado con el coste-beneficio de la sanidad y de la educación, que ya están muy estudiados. Y a partir de ahí, se habla de lo que haga falta.