El baile de las cifras en turismo

Un periodista amigo ironizaba hace años que cuando quería hacer una información sobre la ocupación hotelera en la Costa del Sol se paseaba por los halls de varios establecimientos y en función del número de llaves que colgaran detrás del conserje hacía un porcentaje con el que titular la información. Era un método poco ortodoxo, ligero, quizás, pero siempre lo defendía diciendo que su margen de error con los datos que luego daban los hoteleros era tan mínimo como el que todas las empresas de sondeos reflejan en sus encuestas. Era un figura.

Viene a cuento la historieta por la disparidad de cifras, previsiones y datos que los distintos agentes implicados en la industria turística han arrojado sobre los resultados turísticos de esta Semana Santa. Y el asunto no es menor. Hablamos del primer sector productivo de la economía malagueña y en demasiadas ocasiones se le resta valor a sus datos y son muchos los que aún creen que el turismo es sólo campañas de promoción, viajecitos y mamoneo. La ocupación hotelera en España fue del 70% en Semana Santa, un 10% menos que en el mismo periodo de 2011, según datos de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT). En Málaga esta misma fuente eleva la ocupación al 76%, mientras que la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) la sitúa en un 80%, rozándose el lleno en los del Centro Histórico entre el Miércoles Santo y el Domingo de Resurrección. Por su parte, el Patronato de Turismo de la Costa del Sol baja la ocupación media en el conjunto de la provincia durante esta Semana Santa al 70%, 11 puntos menos que el año anterior. La zona con mejores cifras fue, según el Patronato, la capital malagueña, con una ocupación media del 85% durante los días centrales y que durante la semana rozó el 80%, datos mejores que el ofrecido por los empresarios.

Fruto de estos datos, los empresarios turísticos han reclamado a las administraciones, Consejería de Turismo, Patronato y Área de Turismo del Ayuntamiento de Málaga, más acciones de promoción para reactivar el mercado nacional antes del verano debido a la constatación del enfriamiento del mercado doméstico, que se prolonga desde el pasado año. Un reproche algo ilógico cuando en España hay más de cinco millones de parados, lo que provoca que el cliente nacional se quede en casa o se aloje en casas de amigos y familiares. Los empresarios saben (participan en la elaboración de los planes de marketing) que las tres administraciones hacen todos los esfuerzos y más por apuntalar al turista nacional. Están redoblando sus esfuerzos con más imaginación que recursos debido a las actuales circunstancias de recortes, por lo que esa llamada de auxilio puede implicar que el ciudadano se quede sólo con el titular y piense que tanto Luciano Alonso como Elías Bendodo o Damián Caneda no prestan atención al mercado nacional. Habría que preguntar a los empresarios turísticos qué hacen ellos para captar más turistas o qué pedirían si gestionasen otros sectores como la construcción.

La huida de Rajoy

Tras el paréntesis informativo de la Semana Santa, el Gobierno de Mariano Rajoy retomó sus habituales labores de descoordinación y sus mensajes contradictorios llegaron puntuales a la cita con los medios de comunicación y a los mercados. Una larga y tediosa caravana mañanera da mucho juego para manosear el dial de la radio. Varios ministros, portavoces, viceportavoces, ayudantes del portavoz y secretarios de los ayudantes del viceportavoz adjunto se alternaban en las ondas lanzando mensajes distintos o rectificándose unos a otros sobre el copago, el repago, el recetazo y la releche de la prima de riesgo. Ésta, burlona y descarada, bailaba al soniquete de las declaraciones y ascendía a los 430 puntos a la vez que la bolsa se desplomaba. Parecía que los distintos cargos públicos y orgánicos del PP andaban espiándose con el pinganillo en la oreja para desmentir, desautorizar, desacreditar o vapulear al instante al compañero de bancada y demostrar así al jefe que ellos serán los primeros en sacar las tijeras y en podar todo aquello que desde la lejanía nos exige la insaciable Ángela Merkel.

El ministro De Guindos lanzaba la posibilidad del copago en Sanidad; el bisoño secretario de organización del PP, Carlos Floriano, le enmendaba con malos modos al decir que el PP defiende una sanidad «sostenible, universal y gratuita» y enmarcaba las palabras del ministro de Economía dentro de una «reflexión de carácter personal»; más tarde Dolores de Cospedal apostaba por el copago farmacéutico y no descartaba el sanitario según renta y viabilidad, idea que amplió Cristóbal Montoro, recalcando que había que redefinir la cartera de servicios en sanidad; y, para terminar, la ministra Ana Mato alertaba de que en este momento la sanidad «es absolutamente insostenible» por la herencia recibida. Sólo faltó a la cita el ministro Wert. Y se le echó de menos.

A primera hora de la tarde del lunes, Moncloa despachaba (eso es lo que hizo) una lacónica nota de prensa con un titular antiperiodístico «Reunión del presidente del Gobierno con su equipo económico» al sonido de tararí, tararí... La nota escondía en su interior un nuevo recorte de 10.000 millones en Sanidad y Educación. Dicho de otro modo un tijeretazo al mismo corazón de las políticas sociales.

El relato de lo acontecido esta semana es cuanto menos pintoresco y retrata el desconcierto de un Gobierno reformista que se ha dado de bruces con la realidad de la crisis económica y de la herencia encontrada. No es lo mismo desgañitarse desde la oposición que gobernar, más cuando sobre España pesa la amenza de una intervención por parte de Europa que no para de enviar emisarios para analizar las cuentas del equipo de Rajoy y de las autonomías. Este desconcierto cobró aún más relevancia el martes, cuando el propio Mariano Rajoy salió a la carrera y por la puerta de atrás del Senado para evitar dar explicaciones a los periodistas de los nuevos recortes que anunció en una breve y mal redactada nota de prensa.

Los ciudadanos son lo suficientemente maduros para entender que la dramática situación obliga a una serie de reformas como las que está haciendo el equipo de Rajoy, pero también reclaman que no los tomen por tontos y que les expliquen qué van hacer, cómo lo van a hacer y cuándo lo van a hacer. Aún tenemos reciente la promesa de la campaña electoral de que no subirían los impuestos y fue lo primero que se aprobó. Quizás aún no tengan claro cómo acometer esas nuevas reformas debido a los mensajes contradictorios que emiten. O quizás todo se deba a un apresuramiento para frenar el acoso de los mercados. Y todo indica que este nerviosismo para calmar a los mercados no ha surtido efecto alguno pues la prima de riesgo sigue en valores máximos.

Es hora de que Rajoy abandone las idas y venidas, las improvisaciones de las que tanto acusó a Zapatero y demuestre la solvencia que se le pide a cualquier presidente en situaciones tan complejas como la que vivimos. Rajoy ha dado muestras de que puede ser un buen presidente, pero causa desazón verlo saliendo de un pleno del Senado por la puerta trasera. El liderazgo se gana en los momentos difíciles y la sociedad española reclama a un presidente que de la cara.

La moción de Benalmádena

Benalmádena se ha convertido en el laboratorio político de la provincia. El PP tiene casi cerrada una moción de censura con el UCB de Francisco Salido para arrebatarle la alcaldía al socialista Javier Carnero. La apresurada rueda de prensa de ayer convocada por el propio Salido para desmentir la información publicada por este periódico no cambia el escenario,en todo caso lo aplaza. Este periódico confirmó con varias fuentes de la dirección del PP en Málaga y del PP local de Benálmadena que la moción estaba casi cerrada y así lo publicó. Incluso dos de las fuentes fueron más allá y manifestaron su sorpresa por su posible publicación, ya que entendían que si se publicaba al no estar firmada la moción se podría desbaratar el trabajo realizado. Ayer sábado otra vez la dirección del PP reconocía que han existido conversaciones para desbancar a Carnero de la alcaldía. Esta confirmación llegó horas después que el líder de UCB negara la mayor en una rueda de prensa y atacara a la credibilidad de este periódico. La publicación de la información este sábado provocó que se paralizara toda la operación al no estar todos los flecos cerrados, pero en ningún caso es una noticia errónea como aseguró ayer Salido. La situación de ingobernabilidad del Ayuntamiento de Benalmádena es palpable un año después de que se formara el tripartido entre PSOE, UCB e IU, y el actual alcalde tiene serios problemas para gestionar el municipio debido a la desconfianza plena que mantiene con el portavoz de la UCB. Habrá que esperar para ver si Salido mantiene su palabra de que el pacto de gobierno es por los tres años restantes como anunció ayer y, si fuera cierta esta promesa, debería centrarse más en favorecer un gobierno estable en el municipio.