Una de las viejas costumbres del país ha vuelto a emerger en los últimos tiempos: la culpa de lo que nos pasa viene de fuera. Se encargan de propagarlo el Gobierno y sus palmeros mediáticos: se ha sustituido el «contubernio judeo-masónico» o la «pérfida Albión» de épocas pretéritas por Monti, Sarkozy o «los mercados».

Ante la probabilidad de una intervención de nuestra economía por parte de la troika (UE, FMI y BCE), gobernantes y afines acuden a imágenes simplistas y a enemigos identificables para justificar el «intolerable ataque» al que se ve sometida nuestra deuda pública. Pero todo ello no es más que una manera de esconder la cabeza bajo el ala, sin reconocer los errores que han conducido a esta situación. Y es que, ¿por qué los mercados se ceban con España o Italia y no con Dinamarca, Holanda o Alemania?

Las razones son variadas, pero pueden resumirse en: falta de decisión para sanear el sistema financiero, con un elevado volumen de activos inmobiliarios problemáticos (o préstamos a promotores incobrables) y una gran patata caliente que nadie afronta (Bankia, presidida por Rodrigo Rato); chulería y poca credibilidad ante la UE, al afrontar la reducción del déficit exigida por Bruselas y aplicación de medidas de interés electoralista (subida del IRPF) en lugar de las «sugeridas» para evitar un rescate (reducción de pensiones y/o sueldo de funcionarios, subida del IVA), con el fin de no perjudicar las opciones (frustradas) de Javier Arenas para presidir Andalucía.

Así que la culpa no es de los «mercados» (al fin y al cabo, acreedores que desconfían de nuestra capacidad para pagar lo debido y que, en consecuencia, dejan de invertir en nuestra deuda pública) o de la pizza italiana, aunque la mayoría de españoles acepten pulpo como animal de compañía. De momento.

Cómo lo ven. Tras la retirada de Rick Santorum, principal rival interno de Mitt Romney para la nominación republicana a la presidencia de EEUU, The Washington Post publicaba una encuesta en la que Barack Obama vencería ahora mismo a Romney por siete puntos porcentuales. La buena noticia para el republicano es que se impone entre los votantes independientes; la (muy) mala es que el actual presidente es el preferido de las mujeres… por una diferencia de ¡19 puntos! Si no lo corrige, el ganador de noviembre parece claro.

Sovereign Man señalaba varios indicadores que apuntaban el creciente poderío de Oriente en la economía mundial. Por ejemplo, el hecho de que Singapur se haya convertido en el principal centro mundial de inversión del sector financiero (desplazando a urbes clásicas, como Nueva York o Frankfurt). O que, desde 2005, los bancos chinos hayan prestado más dinero a países latinoamericanos que el Banco Mundial o el Banco Internacional de Desarrollo juntos.

Cómo nos ven. Business Insider resaltaba algunos hechos de la economía española que contribuyen a situarla cerca de la intervención externa. Desde la existencia de más activos inmobiliarios problemáticos que «sanos» en los balances de los bancos (que muestran, además, carencias en su capitalización), hasta el alto nivel de paro (especialmente, entre los jóvenes), sin olvidar la falta de control presupuestario en algunas autonomías.

Der Spiegel criticaba con dureza a la actual alcaldesa de Madrid, Ana Botella. La primera edil de la «ciudad más endeudada de España», según la revista, cuenta con un despacho más grande que el de Barack Obama en la Casa Blanca, además de disponer de un mayordomo cuyo único cometido es el de servir café para ella y sus invitados. Tampoco se recataba a la hora de censurar la política de derroche de su antecesor, el también popular Alberto Ruiz-Gallardón.

Qué se cuece. El Confidencial Digital apuntaba pistas sobre la estructura del Huffington Post español, que será dirigido por Montserrat Domínguez, periodista de la cadena SER. La redacción se compondrá de ocho o nueve redactores, con altos conocimientos de inglés y la colaboración de hasta 300 blogueros (algunos, de carácter fijo; otros, con participaciones esporádicas, en función de su especialización), con un predominio de la política y la economía como contenidos principales.

233grados.com se hacía eco de las impresiones de Jason Falls, gurú de los medios sociales y fundador de Social Media Explorer, en el sentido de que los usuarios de dichas redes pueden mantener entre una y tres, aunque solo pueden ser activos a diario en una o dos. De ahí el éxito masivo de algunas (Facebook o Twitter) y el papel secundario de otras, como Google +, Foursquare o Pinterest, «un portal de fotos bonitas con poca utilidad», según Falls.