No habría saneado mucho antes las cuentas del Festival de Málaga Cine Español. O habría reestructurado el ciclo Red Málaga en menos de un mes y hubiera evitado así su agonía y muerte durante años. Quizá me hubiese preocupado de promocionar a los artistas ganadores de las distintas disciplinas del MálagaCrea más allá del mero concurso. Puede que incluso hubiese ideado un museo del cine español. Mejor, una escuela donde los malagueños se pudieran labrar un futuro en las distintas disciplinas que aúna la cinematografía y sobre las que nos hablan hasta la saciedad una semana de primavera al año. No sé, a lo mejor (es una locura, lo sé) me hubiera dedicado a colmar de contenidos culturales la Feria para evitar así que los jóvenes se dieran irremediablemente a la bebida. Puede que, llámenme loco, le hubiera tendido una mano al tejido teatral local... En vez de Art Natura yo incluso habría contratado a dos o tres expertos franceses para que la culpa de la Capitalidad hubiera estado más repartida. Con el dineral del fallido museo de la gemas podría incluso haber montado un nuevo CAC, más austero y sin tanto presupuesto intocable.

Esta es mi humilde contribución a la campaña titulada #envezdeArtNaturayohabria, con la que Izquierda Unida quiere conocer en qué hubieran destinado los ciudadanos malagueños los 30 millones de euros invertidos en el proyecto estrella –y estrellado– de la cultura municipal para las instalaciones de Tabacalera. En mis propuestas, como verán, sólo hablo por deformación profesional de inversiones dedicadas a la cultura, pero ustedes pueden imaginarse destinando todos ellos millones a ayudar a los barrios marginales, fomentar la lectura, arreglar la plaza de la Merced, asistir a personas enfermas o repartir medicamentos entre los ancianos. Bueno, si quieren también pueden donarlo para salvar a la menguante población africana de elefantes. Son libres de hacer con ese dinero lo que más les guste.

Como ven, el gasto inútil, ya sea imaginado o real, no conlleva sanciones, ni dimisiones, ni nada de nada. Pese al cúmulo de desaciertos municipales respecto a este exclusivo centro museístico –deseado por miles de ciudades de todos los continentes e incluso por el planeta Krypton–, al Ayuntamiento no le ha salido del todo el tiro por la culata. Casi con total seguridad, hoy se aprobará en la junta de gobierno local el expediente de rescisión del contrato firmado con la Royal Collections, promotora de Art Natura. Y De la Torre ofrecerá un plazo de quince días a los dueños de las piedras preciosas para que pongan pies en polvorosa y, además, les solicitará la devolución de los 5,6 millones de euros entregados para poner en marcha el museo. El respaldo del Consejo Consultivo de Andalucía ha hecho que nuestro alcalde vuelva a sonreír mientras habla de Tabacalera.

Pero algún día nos arrepentiremos de la marcha de Art Natura. Cuando los recortes nos terminen de apretar bien el pescuezo lamentaremos no poder echar mano de esos 20.000 metros cuadrados repletos de piedras preciosas.