La única razón por la que España puede ser derrotada hoy por Francia es el peso de la historia. Nuestro vecino y eterno adversario siempre nos ha superado en casi todo, aunque le ganáramos algunas batallas. Incluso esas victorias han sido un tanto confusas: en Roncesvalles nunca se ha sabido bien quién derrotó a los franceses, y en San Quintín y Pavía los españoles fueron auxiliados por ingleses y alemanes. Nos queda Bailén, es cierto, pero también es verdad que aunque en la Guerra de la Independencia ganamos a Napoleón, perdimos la revolución burguesa. Cuando en la guerra los franceses se han mostrado más flojos, se las han arreglado para acabar de vencedores. Puede que sea una cuestión de fe (ellos sí se lo creen), o de estar donde están, en el eje de las grandes naciones de Europa. Desde luego todas estas consideraciones geo-históricas pesarían menos si David Villa vistiera el 7.