El presidente de la Diputación, Elías Bendodo y el número dos del Ministerio de Sanidad, Juanma Moreno Bonilla, han presentado esta semana un proyecto sobre el envejecimiento activo. Se supone que no estaban pensando en ellos. O quizá son así de previsores. De momento son jóvenes y en los análisis de ambición política los niveles les dan altos. A Bendodo se le adjudican todo tipo de futuros aunque él ya repite mucho en privado que no desea sustituir al alcalde.

Bonilla vino a Málaga y presentó en la Diputación el tal proyecto, pero a buen seguro que aprovechó para hablar con Bendodo y otros sobre lo único: el partido. El alto cargo de Sanidad está en las quinielas para ser secretario general del partido con Zoido como presidente. Pero hay otros. Y otras carambolas. Y muchas provincias que satisfacer. O sea, que han puesto la máquina de pensar el puzzle humano a funcionar. La hiperactividad de estos dirigentes populares, y otros jóvenes y de su entorno y confianza, es distinta a la de otros políticos del PP como De la Torre y Arenas. Éstos viajan, oran porque les sea concedida la ubicuidad o la bilocación, van y vienen, asisten a dos almuerzos en el mismo día y si hay que cenar con una peña un sábado por la noche se cena. En el despacho a las ocho.

Ellos más bien se rigen por la hiperactividad mental más que por la otra. La multitarea, que tanto se lleva ahora. El oficinista tiene abierta muchas ventanas en el ordenata y va de una a otra sin permanecer más de cinco minutos en alguna de ellas: el periódico, el twitter, el Facebook, el correo, un blog, el documento de Word, el puñetero cuadro de Excel€

Para ellos sin embargo esa hiperactividad es tal vez saltar en el pensamiento de Benalmádena a Torrox, de ahí a sus propias instituciones, los equilibrios, la presencia mediática, la dirección regional, el congreso andaluz del partido, los movimientos internos, el PSOE, la fiscalización de los fieles, los ayuntamientos, la oposición a la Junta.

A eso hay que añadir la gestión. Enfrente está el PSOE, que también tiene tarea. Y Miguel Ángel Heredia, que tiene multitarea igualmente: digerir lo de Benalmádena, defender Torrox, elegir delegados provinciales, preparar el congreso provincial y el regional, integrar o no a críticos y además trabajar para lo que le pagamos: diputado al Congreso. Seguramente el secreto es delegar, pero tal vez no saben muy bien qué y en quién. Aunque de hecho lo hagan. O lo intenten. Es como cuando a Isidoro Álvarez le dijo una vez un asesor que de la millonada que sus grandes almacenes gastaba cada año en publicidad apenas le era efectiva un diez por ciento. Álvarez contestó: dígame qué diez por ciento.

Bendodo sí ha escenificado en quién y para qué, ahí están los trece coordinadores, a los que estamos tentados de poner el calificativo de flamantes. Incurriríamos en pecado de tópico, además de en tomar algunas partes por el todo (metonimia) dado que si bien al conjunto se le supone la lucidez resplandeciente no todos son estrictamente nuevos en la tarea. Está por ver en quién delega Heredia. Delegar, de delegados y delegar de Congreso, donde ha de rodearse de fieles pero respetar equilibrios provinciales y encardinar nuevos valores que van sonando procedentes de la Costa y Antequera.

La multitarea para IU es gobernar y ser Pepito Grillo. Presentar campañas en sitios pijos y firmar decretos de recortes. Sentarse en el despacho y pisar la calle, despojarse del chip de opositor. Zurrar por lo de los Eres, presidir la comisión a tal efecto pero cuidar de no herir demasiado a su socio de Gobierno en este asunto. Es una multitarea más peligrosa que podría engendrar cierta esquizofrenia. Siempre pueden reiniciarse. De hecho, afrontan una de sus mejores etapas con una de sus mejores expectativas electorales, si bien no hay elecciones cercanas.

La duda no metódica ni vital, pero a ratos lacerante, que si no nos consume al menos nos asalta es si ese trabajar con éxito en los suyo de todos estos supone un franco progreso para la generalidad o si bien al conjunto de tareas citadas podría añadírsele un plus de escucha activa al ciudadano no al círculo endogámico, calle, empapamiento general (no a través sólo de los medios) de los apuros que van calando los huesos de currelas pero ya grácilmente de clases medias. Gentes jodida a tope sin asideros casi. En la multitarea cotidiana también de salir de esta. Que no tarea para ejercer a solas; es sobre todo la de los dirigentes políticos. Que van envejeciendo activamente.