El mundo ha sido testigo, una vez más, de que a pesar de las dificultades que entraña una Unión de 27 Estados miembros, la Unión Europea es capaz de llegar a acuerdos que nos benefician a todos. El jueves y viernes, el Consejo Europeo –como se denominan oficialmente estas cumbres– ha tomado decisiones en favor del crecimiento y el empleo, ha puesto en marcha ambiciosos mecanismos para la profundización de la Unión Económica y Monetaria, y ha acordado una serie de importantes medidas para España a corto plazo, que demuestran la voluntad de Europa de hacer frente unida a sus desafíos económicos. Veamos esos resultados uno por uno.

En primer lugar, el Consejo Europeo ha dado un considerable impulso a la agenda de crecimiento de Europa. Ahora tenemos todas las principales iniciativas relacionadas con el crecimiento o ya acordadas, o listas para su aprobación. Las recomendaciones específicas que la Comisión anunció el pasado 30 de mayo han sido aprobadas por los líderes europeos. Se trata de remedios que atacan las causas profundas de la crisis. Las decisiones no son fáciles de aplicar, pero los beneficios son claros: por lo menos nueve Estados miembros podrían cada uno aumentar su PIB en más del 12% si aceptan las reformas de una manera decisiva.

Asimismo, el Pacto para el Crecimiento y el Empleo pasa de las palabras a las acciones concretas y establece los mecanismos para movilizar 120 millones de € a través de un aumento de la capacidad de préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el lanzamiento de los primeros bonos para proyectos de infraestructura, y con la reorientación de los fondos estructurales.

En segundo lugar, el Consejo Europeo acordó el camino a seguir para la profundización de la Unión Económica y Monetaria (UEM). En concreto se ha llegado a un acuerdo sobre las denominadas cuatro uniones: la unión bancaria, la unión fiscal, la unión económica y la unión política. Este compromiso lanza un mensaje inequívoco al mercado y a los ciudadanos de que el euro es y seguirá siendo irreversible.

Finalmente, los líderes de la zona euro acordaron medidas a corto plazo para ayudar a los países con más problemas y en especial a España. Se ha acordado permitir la recapitalización directa de los bancos a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), a fin de romper el vínculo vicioso entre la deuda de los bancos y la deuda soberana. España además ha logrado un acuerdo para poner rápidamente en marcha la asistencia financiera, primero con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y más adelante con el MEDE. Por otro lado, se ha renunciado al derecho de prioridad de cobro de la deuda del MEDE, algo que había creado inquietud en los acreedores de los mercados de deuda soberana.

En mi opinión, esta cumbre ha alcanzado un objetivo adicional (que no se recoge en las conclusiones): reforzar la confianza en un proyecto que, una vez más, ha demostrado que puede ser la solución de los problemas a los que nos enfrentamos.