A mi compañera le da pena Sara Carbonero. ¿Pena? Para nada. ¿Saben qué pasa? Yo es que soy muy metepatas también. Me despisto a la mínima, se me olvidan las caras y soy capaz de dejar el colacao en el zapatero a poco que me descuide. Sin embargo a mí nadie me critica. A los míos les hace gracia que me confunda de calle por sistema y a los demás les importa un bledo. Sara en cambio se ha convertido en el objeto de burla preferido de este país debido a la parquedad de sus comentarios en las retransmisiones de los partidos de la Roja en la Eurocopa. Los chistes y el escarnio contra esta mujer llevan camino de convertirse en un género literario nuevo dado el éxito del hastag «Gracias Sara» en Twitter, en referencia a la muletilla con la que su compañero Paco González la despide tras cada intervención. A partir de ahí, ha estallado el ingenio evidenciando que, de cuentas, prima de riesgo y mercados, no sabremos mucho, pero a retranca y mala leche no hay quien nos gane. «Sara, ¿algún cambio en el segundo tiempo? –Si, ahora corremos para el otro lado –Gracias Sara». «Sara, ¿hay cambio? – Sólo de 10€. – Gracias Sara». O uno de mis favoritos: «Sara, ¿qué piensa Del Bosque? –No sé, yo soy más de playa. –Gracias Sara». El martirio de esta mujer, bautizado ya en alguna publicación como «twitifixión» empezó cuando en un artículo atribuyó unos versos de Antonio Machado a Serrat, que es quien los canta, y ha acabado con lo del miércoles. Lo del penalti de Iniesta no ha ayudado mucho, la verdad. ¿En qué estaría pensando esta mujer para preguntarle en directo tras el partido si no le hubiera gustado tirar algún penalti? Eso sí. Él ni se inmutó: «Bueno, de hecho he tirado el segundo...» hasta a mí me dio apuro oír aquello y eso que, de verdad, estoy curtida en estas lides. Y claro, las redes sociales están que estallan: unos dicen que no es profesional y sólo está ahí por su físico. Otros dicen que aquí lo que hay es mucho machismo y que si fuera un hombre no se habría hecho tanta sangre y otros, que somos un país de envidiosos que disfrutamos liquidando a cualquiera que despunte. De todo habrá, supongo, pero a mí ¿qué quieren que les diga? Me ha entrado así como un resquemor con todo este debate porque, si yo soy tan torpe como ella y sin embargo no soy trending topic de nada, algo pasa. Y es que no tengo ni su cara ni su voz ni su trabajo ni su dinero ni sus bolsos de Prada ni su novio futbolista... ¿Por eso no me pone nadie a parir? Pues no se corten... Empiecen ya, que yo a según qué nivel estoy segura de aguantar las burlas como dios.