Ocho minutos, con tan sólo ocho minutos y sin diálogo la cineasta belga Christine Rabette da en el clavo con su corto titulado Merci!, simple, fácil de entender y sin embargo lleno de simbolismo.

En el cortometraje se ve como en el vagón del metro, lleno en hora punta, se respira hastío y derrotismo, sin embargo entra un pasajero que sin motivo aparente comienza a reír, y como era de esperar contagia a todo el vagón.

Fue realizado en 2003 pero no puede ser más actual, todo se contagia y la actitud de uno puede cambiar a muchos. ¿Es útil reír? ¿Es útil hacer reír?¿Qué es útil?

No sé si sólo es en Málaga pero cada vez hay más eventos, iniciativas, reuniones, de networking, para dar a conocer alguna causa, o simplemente para celebrar que es el día de los buenos deseos, unos quieren que corramos por el paseo marítimo, otros que simplemente tomemos conciencia de una enfermedad o alguna situación injusta en este u otro mundo, y hasta algunos nos piden que nos dejemos bigote para concienciar sobre la salud del hombre. Se busca visibilidad.

La visibilidad, a veces eufemismo de la palabra publicidad, es necesaria pero no suficiente, debe haber trabajo detrás y gastar dinero sólo para tener notoriedad sin ningún contenido (y más si es dinero público) es contraproducente.

Además a veces buenas intenciones son usadas por desalmados para hacer su propio negocio. Lo que está claro es que hay tantas formas de llamar la atención como la imaginación nos permita. ¿Útil? Que cada uno escoja la que quiera. No se pierdan el corto de Christine Rabette. Déjense bigote y ríanse por favor.