El señor Wert, como ministro, puede decir y hacer lo que crea más conveniente, y la confederación de padres católicos, o como se llame, puede, como católicos que son y como padres, aplaudirle hasta rabiar. De acuerdo. Pero el uno y los otros deberían reconocer la objetividad, que no opinión, de lo que voy a decir a continuación.

La existencia de la homosexualidad es un hecho objetivo. Que las personas homosexuales tomen la decisión de emparejarse durante años para compartir los avatares de una vida en común es también un hecho del que no puede dudarse.

Por otra parte, la existencia de las religiones es, sin duda, un hecho sociológico, objetivo. No obstante, el mensaje que transmiten acerca de un mundo sobrenatural, abismalmente distinto del nuestro, jamás ha podido demostrarse de un modo fehaciente, como lo demuestra el hecho, objetivo también, de que los creyentes siguen buscando aún una prueba contundente que el mundo entero pueda compartir, y el hecho, de nuevo, objetivo, de las notables diferencias entre unas religiones y otras.

Pues bien, nuestro ministro no ha entendido nada de esto y lo hace todo al revés: Suprime la asignatura de Ciudadanía (porque asume la existencia de parejas homosexuales como algo evidente) y blinda la asignatura de «religión» como si sus mensajes fuesen verdades científicas.

Por esto lo llamo despistado. Podría llamarlo otras cosas, por supuesto, todas ellas merecidas, pero mi exquisita educación me lo impide.

El ministro despistadoCarlos Saura GarreMálaga

Hay que ver con qué facilidad cambian de ideas en nada de tiempo los señores del gobierno. Hace unos meses nos bajaron la velocidad máxima en autopistas y autovías de 120 a 110 Km la hora, para reducir la siniestrabilidad, ahorrar combustible y reducir la contaminación atmosférica por los gases emitidos a mayor velocidad.

Ahora resulta que de todo aquello que tan importante era ya se han olvidado, aprovecharon durante un tiempo para poner multas a todo tren a quien circulaba a más de 110 y lo volvieron a dejar como estaba y por si esto fuera poco, ahora nos dicen que pretenden aumentar la velocidad a 140 en autopistas de peaje y reducirla a 90 en las carreteras.

No sabía yo que el peligro por la velocidad, la contaminación y el consumo se han reducido de la noche a la mañana, además tienen la cara dura de decir que esta vez lo hacen para incentivar la circulación por las autopistas, ya que se están quedando sin vehículos.

A ver si se aclaran de una vez y saben a que atenerse, o se corre más y nos jugamos el pellejo o se corre menos y tenemos algo más de seguridad, pero dejen ya de darle vueltas a la tortilla, según convenga a los intereses económicos de cada momento.

Para incentivar la circulación por las vías rápidas, tienen una solución muy simple y que a todos les favorecería, al gobierno, a las concesionarias y a los usuarios, bajar los precios de los peajes y todo el mundo por autopista, y caso de no hacerlo, que todos vayamos sólo por carretera hasta que se colapsen todas y en menos de una semana, de buen seguro que se bajaban los peajes.

Este gobierno ya está más que visto que no sabe por dónde meterle la mano al bolsillo del contribuyente y esto, está llegando a un final muy drástico y si no pronto se verá.

Cómo cambian de idea en poco tiempoManuel BarberáMálaga