Nos desmontan los mitos. Negaba en una entrevista este fin de semana Jacobo Fitz-James Stuart, tercer hijo de la duquesa de Alba, la relación amorosa entre su antepasada Cayetana y Francisco de Goya e igualmente rechazaba que la XIII duquesa de Alba hubiera posado para los famosos retratos de las majas del artista. El noble acaba de lanzar el libro «El palacio de Liria» en el que rechaza algunas de las leyendas de su familia, y una de las más sabrosas es la de la presunta relación sentimental entre el pintor y la duquesa de la que dice «la constitución física y la escoliosis que padecía, no se corresponden con el cuerpo de la modelo». No sé cómo sería María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo, pero su figura es una de las más sugerentes y controvertidas de la historia de la nobleza española, y eso es decir mucho. Verdad o mentira, ha pasado a la historia como una mujer libertina a la que le atraían los toreros y que, según la leyenda, salía por las noches vestida de maja para poder disfrutar de diversiones impropias de su rango. Su fama era también la de una mujer caprichosa, amable con los débiles pero ostentosa y orgullosa que llegó a rivalizar con la reina María Luisa de Parma en la corte.

El mito y el reconocimiento del personaje a lo largo de la historia le llegaron, con todo, de la mano de Goya que la pintó en numerosas ocasiones pero que, con sus majas, sobre todo y está claro el porqué, con la desnuda, provocó que el morbo acompañe ya para siempre la historia de la duquesa, un morbo que la siguió hasta su fallecimiento a los 40 años. Al parecer murió de unas fiebres, pero en su época se especuló con que hubiera sido envenenada por orden de la reina. En definitiva, una mujer rica, culta y caprichosa que se saltó todas las normas de su tiempo. Todo un personaje novelesco que podría haberse reencarnado en su descendiente, la actual duquesa de Alba, otra mujer rica y poderosa que se ha puesto hasta el final el mundo por montera. En su caso, eso sí, no habrá sucesor que dentro de doscientos años venga a desmontar el mito. No hay dudas de que el cuerpo que ha aparecido decenas de veces en las revistas en topless, es el suyo.