En un entorno en el que cada vez resulta más complicado desenvolverse, el plan de empleo de Cruz Roja Málaga redobla esfuerzos para luchar contra la vulnerabilidad de personas en paro de larga duración, de jóvenes a los que les resulta imposible acceder a su primera experiencia laboral, de familias que son invisibles en el mercado laboral y de otros colectivos vulnerables.

A menudo nos llegan personas que vienen buscando ayuda y no hay nada más reconfortante que saber que tu trabajo dibuja una sonrisa en la cara de aquellas que vuelven para darnos las gracias. Recuerdo una señora recién separada que había dejado de trabajar por cuidar a su familia o por satisfacer los deseos de su marido. Era una señora que aún estando preparada y teniendo experiencia laboral, se encontraba perdida, agobiada por su nueva situación, con falta de independencia, con hijos a su cargo e incluso sentía culpabilidad...

Sólo necesitaba recuperar la confianza y una mano que la guiara a conseguir su objetivo, trabajar para poder caminar sola. Gracias a una búsqueda personalizada según su perfil, consiguió trabajo de administrativa y todos los años se acuerda de llamarme para darme las gracias. Esta semana vino a verme y me trajo un par de currículos para que también ayudemos a estas personas. Itinerarios sociolaborales con jóvenes de baja cualificación para mejorar sus oportunidades, sesiones de recualificación de personas en riesgo de exclusión social, iniciativas de orientación y asesoramiento en la búsqueda de trabajo y, por encima de todo, la mediación con empresas malagueñas socialmente responsables centran nuestro empeño.

Ahora más que nunca es importante mantener vigentes los lazos que unen a Cruz Roja Málaga con el empresariado y la ciudadanía. Sin ellos y sin nuestro voluntariado (más de 40 personas se han comprometido altruistamente con el Plan de Empleo durante este año), no podríamos haber atendido en 2012 a más de 1.100 personas.

Hace muy poco vino un señor que había trabajado en empleos muy diferentes, de camarero, de conductor, de dependiente, de mozo de almacén, eso dice mucho de una persona, y aunque por desgracia el mercado de trabajo quiere personas especialistas, la solución era hacer varios currículos. Tenía tanta energía y tantas ganas de trabajar que me resultaba difícil creer que no encontrara nada: en apenas diez minutos sabía que si le conseguía una entrevista y una prueba, se quedarían con él. A los dos días de ser observado por su tutor, ya se mostraron encantados con él.

Esta semana firmó su contrato y me llamo eufórico para darme las gracias: por atenderle, por guiarle luego, por acordar prácticas formativas con las que, finalmente, consiguió trabajo. Pienso que el logro es suyo, y que nosotros sólo le hemos despejado el camino.

[Luisa Coronado es responsable del Plan de Empleo de Cruz Roja Málaga]