Dios ya tiene una cuenta en Twitter. De momento, se la gestiona el Papa, que, pese a utilizar los 140 caracteres para no decir nada, ha logrado un tráfico semejante al de Justin Bieber. Esto de abrir canales de comunicación que solo transmiten naderías constituye uno de los grandes inventos de la época. Dedicarse a la lectura de estos mensajes se está convirtiendo en una de las formas más eficaces de no leer. Si usted quiere ser un «no lector» perfecto, solo tiene que hacerse seguidor de siete u ocho tuiteros famosos. Por fin es posible pasarse el día leyendo sin leer nada, lo que le aleja a uno de los peligros de la lectura verdadera. Nos parece fantástico: es como tomar paracetamol sin dañar el hígado.

-Eso es imposible.

-Pues twitter está en ello.

Todo esto es provisional, evidentemente. Ya veremos qué ocurre cuando el diablo se abra una cuenta. No nos imaginamos a Luzbel utilizando las nuevas tecnologías para proclamar simplemente que nos maldice. Maldecir a la gente así, en general, es como bendecirla de forma colectiva: no lleva a nada. Montoro ha acusado a la prensa de no pagar a Hacienda y nos hemos quedado tan tranquilos porque no ha dicho a qué prensa se refería. A lo mejor el diablo no ha entrado todavía en Twitter porque él es su inventor. Con el medio te vende, implícitamente, el mensaje. De ser así, el Papa habría caído en una trampa mortal.

Lo decimos en serio: la tableta es un instrumento diabólico. No hay aparato que pueda proporcionar tantas prestaciones en tan poco espacio si no es a base de magia negra. Por si fuera poco, su belleza formal y su tacto son tales que una vez que la tienes en la mano le has vendido tu alma. Si quieres cine, te da cine; si televisión, televisión; si radio, radio; si música, música€ Puedes utilizarla para hablar gratis con alguien que se encuentra a mil quilómetros o para lanzar 140 caracteres con nada de dentro. Una especie de bomba inversa, en fin. Yo soy adicto a ella. Además, me encanta adornarla de complementos, como a la Barbie. Ahora mismo le he comprado un teclado externo que la ha convertido de súbito en un portátil maravilloso.