No es nada nuevo. Los desahucios se practicaron al inicio de la guerra civil al tiempo que una Dolores Ibárruri se alzaba contra ellos y se plantaba junto a los afectados para defenderlos y poner remedio, mientras otras mujeres se iban a la novena y a poner en manos de ese dios católico/apostólico las injusticias contra los más débiles. «Dios proveerá» es una frase que retorna en boca de mujeres y hombres devotos que saldan su culpa depositando unas moneditas en el suelo junto a los pobres ateridos de frío y después se largan en el Ferrari o en el Porsche despavoridos. Tenemos un Gobierno que no representa a la mayoría absoluta que le votó, sino a una troika que se impone desde fuera de España. Por tanto, los votantes del PP votaron a ciegas, con fe.

El PP no es más que un mandao perverso, que maniobró sin escrúpulos con las compañías petroleras para que bajaran los precios en noviembre y que no subiera el IPC y justificar la no revalorización de unas pensiones que suelen ser mínimas (por cierto han desaparecido las pensiones de orfandad para 2013). Dios proveerá. Y van dos suicidios más. Los inocentes se constituyen en movimientos ciudadanos, van engrosando las listas de los sindicatos de clase o se apuntan a esa PAH que da amparo, media, soluciona y evita desahucios de mujeres y hombres angustiados por el acoso bancario.

Ante todas esas manifestaciones de distintas mareas, los señoritos del PPSOE se culpan entre ellos. Digo señoritos porque se dedican más a enmarañar y a confundir al personal, sin ofrecerles alternativas posibles a los recortes, alternativas concretas a una política vendida a ese capitalismo que venera las guerras, las armas. El PP va a lo bestia y el PSOE es igual, aunque dé toques de suavidad aquí y allá. Este capitalismo con sede en la hegemónica Alemania y EEUU ha declarado la guerra a todos los trabajadores europeos. Y la sociedad ultrajada siente que los políticos cuando llegan al poder se corrompen y se olvidan de ella. Por tanto, la gente se organiza y debate en las plazas, se une y se protege.

Ahí es donde la X Asamblea de Izquierda Unida ha decidido, más unida que nunca, mirar hacia los trabajadores, desempleados, hacia las plataformas ciudadanas. Emerge un frente fortalecido volcado en las convocatorias sociales y con un proyecto concreto de ser opción de gobierno. Cayo Lara afirmó con determinación que están preparados para gobernar y será entonces cuando abran un proceso constituyente para elaborar una nueva constitución que garantice los derechos sociales, no la de los guerreros poderosos. Al día siguiente ya estaban currando en las manifestaciones contra el pensionazo, tasas judiciales, sanidad al tiempo que el PP sigue apelando a «la herencia recibida» con cinismo. Y el PSOE, deshaciéndose. En las encuestas, IU va creciendo y desplazando a ese PSOE cínico que también apuesta por la asignatura de religión (¿Dios proveerá?) en vez de estar donde hay que estar.