El Rey pide que sumemos dentro de España, y Artur Mas que cada cifra vaya por separado para sumar en la UE. Lo primero es ya un mensaje en tiempo pasado, una vez que una mayoría en Cataluña puja fuerte por la consulta, y lo segundo una hipocresía, pues de sobra sabe Mas que la vieja quimera de la «Europa de las regiones» es hoy más quimérica que nunca. La transición, hace más de un tercio de siglo, expresaba una voluntad de suma, y para que fuera posible se dejaron al margen dos cuestiones históricas de España, la cuestión monárquica y la cuestión nacional. Para obviarlas se montaron, respectivamente, una Corona sin poderes y el Estado autonómico. No creo que sea decente, ni sensato, ni útil, poner patas arriba el Estado cuando debe afrontar el durísimo reto de la crisis. Pero si alguien rompe la baraja, o se abre la consulta o el melón completo de la reforma constitucional.