La integración de Unicaja y Ceiss parece, ahora sí, definitivamente encarrilada aunque son tantos los vaivenes que ha dado el proceso a lo largo del último año y medio que mejor tocar madera y desear que en febrero de 2013 podamos asistir al fin a la fumata blanca entre los presidentes de ambas entidades, Braulio Medel y Evaristo del Canto. Visto desde fuera las sensaciones son que Unicaja ha tensado la cuerda hasta el extremo, metiendo en el órdago a la Comisión Europea de Joaquín Almunia, un contrincante nada cómodo y al que no le gustan los cambios de planes de última hora.

Unicaja llevaba varios meses encontrado la fórmula para redefinir un proceso de financiación que había quedado obsoleto tras el rescate financiero aprobado por Europa para la banca española y no había encontrado mejor fórmula que plantear una absorción de Ceiss una vez que fuera nacionalizada y quedara limpia del polvo y la paja inmobiliaria. Sin embargo, la pregunta que se hacía Europa (y también muchos otros) era lógica ¿Por qué Unicaja iba a tener derecho a ejercer una opción de compra sin oposición sobre una Ceiss que iba a recibir 604 millones de euros de ayuda europea canalizada a través del FROB? La amenaza para Unicaja era verse abocada a competir por Ceiss en una subasta abierta a otros competidores aunque finalmente la entidad malagueña ha ganado algo de tiempo, no mucho, para tratar de cerrar un acuerdo previo antes de que llegue la inyección de dinero europeo. En caso contrario, la subasta está garantizada.

Lo malo de todo esto es que a lo largo de este tiempo Unicaja no ha logrado muchas simpatías en Castilla y León, un territorio donde la entidad malagueña tendrá que saber moverse cuando culmine la operación. Quizá es porque no conocían de primera mano a Medel, tan modélico gestor como implacable negociador. Resulta curioso que el presidente de Unicaja, que desde finales del siglo pasado viene postulando para las cajas procesos de integración tan amplios como fuera posible -fue uno de los defensores de la ya olvidada caja única andaluza- haya sido prácticamente el único que no ha conseguido en todos estos años dar un verdadero salto de dimensión. En el haber de Unicaja se cuenta únicamente la absorción en mayo de 2010 de la diminuta Caja de Jaén. Por el camino, sin embargo, se han quedado contactos fallidos con las más destacables Caja Castilla La Mancha, Cajasur y hasta Cajasol. En algunos casos, la minuciosidad de Medel estaba justificada, ya que las parejas de baile no daban la talla y lo único que podían traer para la entidad malagueña era una pérdida. En otros, en cambio, algunas fuentes señalan que las exigencias de Medel han podido torpedear acuerdos que podrían haber hecho de Unicaja a estas alturas de la película una entidad de tamaño más respetable, en una época donde se imponen los grandes grupos bancarizados. Pero no vale mirar atrás. Unicaja debe iniciar este 2013 cerrando la operación con Ceiss de una vez por todas. Ya no vale lo de mejor solo que mal acompañado.