Soy muy fan de las viñetas que representan al año que está a punto de acabar como un venerable anciano que, sin embargo, está feliz de que le haya llegado su hora, mientras que, a su lado, un niño travieso y regordete le toma el relevo. La metáfora no puede tener más sentido. Hoy, seguramente, todos echaremos la vista atrás para hacer balance de los últimos 365 días y haremos buenos propósitos. ¿Pero por qué no hacemos al revés? En vez de mirar hacia el pasado, podemos mirar hacia adelante. En estas fiestas, además, es de lo más normal hacer zapping y encontrarte con todas las reposiciones del mundo mundial. Regreso al futuro es casi tan clásico como Qué bello es vivir. Cualquiera de sus secuelas, en las que, a estas alturas de la vida, superada con creces las apocalípticas profecías de los mayas, ya deberían haberse inventado los coches voladores. Qué decepción... 30 años esperando para tener aún que llenar el depósito con diésel. A precio de oro, eso sí.

Podemos jugar a fabricar una máquina del tiempo, en sueños aunque sea, como el profesor Doc Brown, el mejor amigo de Marty McFly. Pongamos una fecha al azar... 31 de julio de 2036... Dentro exactamente de 23 años y siete meses. ¿Cómo será la Málaga de entonces? Adivinemos. Francisco de la Torre ya no será alcalde de la ciudad, aunque yo no lo descarto, sinceramente. Incombustible regidor y senador. El metro ya habrá entrado en servicio y se habrá resuelto un debate que llegó a eternizarse sobre su paso por el Centro. En un consenso histórico y ejemplar, las administraciones resolvieron que a la ida fuera subterráneo... y a la vuelta en superficie... Ya funciona, sí... desde hace cuatro días, el mismo día que se inauguró la primera estación espacial en la luna y una semana después de que se pusiera la primera piedra del puente de la bahía... Tabacalera vuelve a estar en obras... Se rumorea que el Ayuntamiento prepara la apertura de un Museo de las Gemas que se llamará Art Naturae. El litoral ya tendrá su anhelado saneamiento integral... O no. Y el Málaga aún estará esperando la resolución del TAS sobre la sanción de la UEFA... Total y absoluta diligencia. ¿El jeque? Hizo una última multimillonaria inversión en el club: el reintegro de una papeleta del Cautivo acabada en 8 del sorteo de la Lotería de Navidad de 2012 que le vendió Martín Aguilar. Nunca más volvió de Qatar después de que las instituciones se negaran a vender el estadio de La Rosaleda a un precio simbólico, como pedía. El puerto de la Bajadilla sigue sin hotel. Y sin yates. Arraijanal sigue siendo el único terreno virgen que existen en la capital. ¡Pero salimos de la crisis!

Éste podría ser el futuro que nos espera, a no ser que alteremos el continuo espacio/tiempo... o nos hagamos con un almanaque con resultados deportivos, nos hagamos millonarios y nos dé todo un poco más igual. Feliz 2013. Y que haya salud, por lo menos.