Réplica a la carta «los sueldos de los funcionarios»

Muy señor mío: ruego la publicación -amparándome en el derecho de réplica de mis acotaciones a la carta de don Javier Hernando. Málaga, publicada el 10 del corriente mes, bajo el epígrafe: «Los sueldos de los funcionarios».

La errónea interpretación de los datos del INE -que no creo ni inocente ni casual, sino más bien inserta en la campaña de desprestigio de los funcionarios que día a día se constata-, puntualizada en tiempo y forma en una nota explicativa de los resultados de la Encuesta de Estructura Salarial 2010 (24 oct. 2012), por la propia institución de Estadística, como pueden comprobar en el mail por ellos remitido en respuesta al mío, que igualmente adjunto.

Es un hecho constatable que la pirámide salarial de la función pública española está sustentada por casi un 70% de personas cuyos niveles salariales difícilmente sobrepasan los 1.200/1.300 euros, y ello debido a la antigüedad en la Administración. Pero casi un 35% rara vez sobrepasa el estatus -envidiable- de mileurista.

El error puede venir de la pléyade de Asesores, y PLD’s (Puestos de Libre Designación, personal de confianzas…etc que sí que engrosa -y no poco- la nómina pública).

Respecto al hecho de ser «…abonados a los presupuestos […] para toda la vida…», he de recordar que el acceso a la Función Pública está estrictamente regulada en la legislación vigente, siendo uno de los preceptos constitucionales, y está regulado precisamente para salvaguardar lo público, a fin de que no esté el personal al albur del político o partido de turno, como garantía y solvencia de los intereses generales ciudadanos. Ese es el espíritu que llevó a blindar sus puestos de trabajo, en pos de esa independencia garante de los derechos ciudadanos y del cumplimiento de las leyes y el procedimiento.

Respecto a que «… los días moscosos en exclusividad para la administración», de nuevo he de puntualizarle su error, y a título de ejemplo, le apunto que tengo constancia de que en la banca -BBVA, confirmado- dispone su personal de 25 días hábiles de vacaciones (a los funcionarios nos lo dejan en 22), 5 días de libre disposición (equiparables a nuestros «moscosos», que ahora nos lo dejan en 3); días 24 y 31 diciembre más un día adicional de vacantes…; y me consta -igual que a cualquier lector- que no es el único caso.

Respecto a que «…los contribuyentes están cansados y molestos con los excesivos gastos, algunos de difícil justificación», efectivamente, lo estamos, los funcionarios somos también contribuyentes, y estamos hartos de que todos los parlamentarios y gobiernos al llegar, lo primero que hagan es subirse los sueldos -ya de por sí estratosféricos-, y cuando vienen momentos de vacas flacas, metan con entusiasmo las manos en la caja única que conformamos los funcionarios, eso sí, previamente, simultánemente y posteriormente se nos denigra hasta lo obsceno, y la ciudadanía entusiasta se entrega al disfrute de ver como fastidian a esa «casta» funcionarial -como gustan llamarnos-, cuyo único pecado consiste en haber estudiado años para sacar, con notas superiores a todos los demás concurrentes a unas oposiciones, convocadas y realizadas bajo el amparo de los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad; y querer ejercer con profesionalidad los cometidos que las leyes y los ciudadanos les han encargado, siendo fieles exclusivamente a la legalidad y al procedimiento.

Por cierto, los ciudadanos pueden dejar de alegrarse tanto de que nos fastidien, podemos dejar de comprar, consumir… y entonces las empresas donde usted o sus familiares trabajan, pueden acabar cerrando. ¡Piénsenlo! Estas navidades, por imperativo presupuestario, dejamos de hacerlo. ¡No se alegren tanto, la onda -desgraciadamente- les va a llegar.

Sin extra de Navidad, con mordiscos a nuestros haberes desde el 2010, con el IVA incrementado al igual que otros impuestos -que, no lo olviden, también nos afecta-, no, no somos ningunos beneficiados, estamos donde hemos elegido, y hemos trabajado muy duro por conseguir. Así que invito a todos los que tanto se ofenden por el «privilegiado estatus funcionarial» que se preparen y luchen en unas oposiciones, que son libres, en concurrencia competitiva, de las que salen los mejores. ¡Ahí les quiero ver!

Mª Dolores Lucena DomínguezMálaga