Rozando lo peor. Cuando escribo, una artista grande se consume. No saben cuánto siento que no conozcan como persona a Marifé de Triana. La sensación que me apena por dentro es la de que demasiados seres humanos no conocen a otros que habrían sido un lenitivo para el dolor de estar vivo. María Felisa Martínez López, Marifé, no es ni de este tiempo ni del que le tocó vivir y sin embargo es de todos los tiempos. Demasiado libre para ser una folclórica más que creció como artista durante la dictadura, y demasiado folclórica para mantenerse en candelero durante el ajuste de cuentas de los albores de la democracia. Demasiado mayor para competir con las jóvenes de la copla cuando resucitó el género liberado de prejuicios políticos, y demasiado joven como para ser una mujer de su generación y contexto social. Una tía estupenda (y mi amiga).

Marifé

Quizá escribo así, además de por el dolor de una ausencia, por la certeza de que todos podríamos haber terminado ya si impacta de lleno el asteroide que pasó ayer casi rozando la Tierra (pesa unas 130.000 toneladas y pasó a 27.860 kilómetros de la Tierra, la mayor aproximación de un objeto cósmico peligroso a nuestro planeta) El asteroide había sido detectado por astrónomos en España hace un año (cómo le gustan estas cosas a Marifé, a propósito). Miro atónito en Youtube las grabaciones de los automóviles privados, que en Rusia llevan cámara por imposición del consorcio de seguros, y relativizo los asuntos que iban a ser protagonistas de esta página de sábado al ver la trayectoria brillante de ese meteorito impactando en una ciudad de los Urales, sobre todo sabiendo que ha habido centenares de heridos. Morirse puede uno morirse por cualquier cosa, incluso por un ataque alienígena o un impacto súbito que llega del firmamento. Somos carne pequeña de película de serie B. Qué matemática tan trágica.

Pregunta para Ud

Mientras tanto por los periódicos seguimos con lo de Bárcenas y sus efectos colaterales, al margen de que esté dando el espectáculo de nuevo rico la semana pasada en París comiendo ostras, o esta semana esquiando en Vancouver. A la sombra de ese alargado ciprés que ya veremos si termina siendo símbolo de un cementerio político, lo peor que le ha podido pasar a Rajoy es que nos hayan recordado su participación en aquel programa de TVE, Tengo una pregunta para Usted, cuando respondía a una jubilada, con cierto tono victimista, que él tenía que mirar su sueldo cada fin de mes y que, encima, su mujer también trabajaba y eso complicaba su vida cotidiana. La mujer que le preguntó por su sueldo no pasaba de los 800 euros mensuales y él ganaba unos 4.000 cuando se emitió el programa, según los sorprendentes emolumentos dados a conocer por el propio PP como intento de respuesta a la publicación de los presuntos papeles en B de Bárcenas.

Bárcenas en A

Luis Bárcenas, ese peculiar patriota a quien el PP le ha seguido pagando en A la Seguridad Social hasta diciembre de manera extraña, por mucho que Carlos Floriano pretenda encasquetarnos ese detalle como algo normal en las relaciones laborales, y por mucho que quiera hacernos comulgar esa ‘normalidad’ que ponen en solfa los expertos en derecho laboral con ruedas de Audi de alta gama, o de molino. Pero al menos estamos contentos por saber que Rubalcaba, aún peor valorado por los ciudadanos en el último sondeo del CIS que el justamente degradado presidente del Gobierno, ganó la mitad que Rajoy de líder de la oposición. Su sueldo, con dietas, fue de 67.229 euros en 2012. El actual presidente ingresó en 2010 135.416 euros. Pero en realidad lo que el ciudadano preocupado por la calidad de su democracia exige no es que ganen mucho menos, ni más, que ya está bien, sino una ley de Transparencia en condiciones, una ley de una vez por todas que afecte a toda institución u organización que decida sobre el dinero público o se financie fundamentalmente con él. Es la mejor vacuna contra la corrupción, de la misma manera que la dación en pago habría sido la mejor vacuna para que los bancos y cajas no hubieran otorgado préstamos imposibles a familias mileuristas y en precario (lo de venderles ‘acciones preferentes’ a ancianos con Alzheimer no tiene nombre y fue el último efecto colateral de la inmoralidad preferida).

Oposiciones y cuentos

Pero no cabe todo en una página de opinión, y menos hoy. Quizá si reflexionar sobre cómo las oposiciones a maestro que convoca la Junta atraen solicitudes de toda España. Bien. Pero el agravio comparativo de aquellas comunidades que, cuando las convocan, utilizan el idioma como criba, a pesar de que el castellano es tan oficial en el territorio nacional como el catalán, el valenciano, etc, merece una corrección legal solidaria, que no inculta ni involucionista, sino justa.

Y también cabe reflexionar sobre la anunciada futura sede de la Biblioteca Provincial -que aún no tiene Málaga- en el convento de la Trinidad. Al menos la promesa del consejero de Cultura no parece un cuento más, como los cuentos que ya se nos vendieron para recuperar el valioso inmueble trinitario del siglo XVI incluso como un parque de los cuentos… Porque hoy es Sábado...