Durante el 2012 se ha completado el proceso constituyente de una nueva formación política EQUO, constituida por personas que compartimos una trayectoria común de trabajo a favor de la sostenibilidad ambiental y la equidad social. Nace con la voluntad de ser partícipe del amplio movimiento sociopolítico que promueve soluciones viables a los grandes desafíos de nuestro tiempo consecuencia de la crisis sistémica que padecemos.

En los últimos veinte años, la presión sobre los ecosistemas y su degradación, la desaparición de especies, el agotamiento de recursos no renovables, la pérdida de suelo, agua y atmósfera disponibles, la huella ecológica, la contaminación y las enfermedades de origen ambiental han seguido creciendo a mucha mayor velocidad que en los veinte años anteriores, sin haber resuelto los principales problemas sociales. Mil millones de personas no disponen de agua potable, dos mil millones no tienen acceso a la energía eléctrica y tres mil millones viven con menos de dos euros al día.

En España, sin ir más lejos, en esos mismos veinte años se han construido tantos edificios como en los últimos veinte siglos, es el país con más kilómetros de autovía y de alta velocidad ferroviaria y con más aeropuertos por habitante con los correspondientes impactos y pérdida de territorio y recursos naturales, pero también acumula 1 parado de cada 3 de la Unión Europea. Aún así, las políticas tradicionales siguen encaminadas solamente a promover la continuidad de ese modelo.

La idea de que la expansión del sistema económico solucionará la pobreza en el mundo simplemente no es realista: si todos los habitantes del planeta consumieran lo mismo que los de los países desarrollados, se necesitarían tres planetas. Ese modelo nos ha conducido a la crisis que vivimos que no es tan sólo financiera, se trata de algo mucho más profundo: es la crisis de un modelo productivo y de consumo claramente insostenible.

Los gobiernos, independientemente del matiz ideológico, nos piden lo mismo: «resistir». Unos con recortes a los Servicios Públicos y privatizaciones, otros intentando salvaguardar servicios básicos (como en Andalucía), pero todos manteniendo la ficción que la salida es volver a la situación anterior.

EQUO considera que la crisis es una oportunidad para cambiar el modelo productivo cuyas debilidades estructurales esta crisis ha puesto al descubierto. La profundidad de la crisis no ha sido el resultado de la rigidez de las relaciones laborales. Tampoco se debe a un exceso de gasto social cuando ha sido bastante menor que el de los países de nuestro entorno, como también ha sido menor la recaudación fiscal. Se debe a un modelo productivo dependiente de la especulación y el ladrillo, que además ha fomentado la corrupción a unos niveles alarmantes.

La excusa de esta crisis ha dado la coartada para una involución de las políticas medioambientales en una deriva pronuclear y antirrenovables y de desprotección ambiental, en un contexto mundial de estancamiento de la agenda climática y ambiental. Esta parálisis y retroceso en lo ambiental ha ido acompañada de un giro antisocial contra los trabajadores y las trabajadoras y la ciudadanía en general, encaminadas a recortar derechos laborales y debilitar el sistema de protección social.

Los gobernantes nos ofrecen viejas soluciones para problemas que son nuevos. Los grandes partidos comparten de tal modo su identificación con este modelo económico, productivo y social, que cada vez más ciudadanas y ciudadanos se sienten decepcionados y se alejan del compromiso político.

En este contexto la pasividad política no es una opción. EQUO ofrece un cauce de participación política a las personas que no se resignan a contemplar pasivamente esta situación que vivimos, en este cometido utilizaremos medios organizativos acordes con nuestras finalidades emancipadoras, basados en la transparencia, la participación democrática en las deliberaciones y en las decisiones, el trabajo en red y desde abajo, en la elaboración política colectiva y horizontal y en la paridad de género.

Ante esta crisis EQUO considera que otra prioridad en los valores es indispensable: la responsabilidad para con las personas y la sociedad, con los animales y con las generaciones futuras; el equilibrio en las relaciones con la naturaleza; la equidad entendida como igualdad de oportunidades y protección social; la solidaridad entre las personas, los pueblos y las generaciones; el ahorro, la mesura y la eficiencia en el uso de los recursos; la democracia participativa y prospectiva y el pacifismo activo.

Otras orientaciones distintas en lo económico y social se imponen: una relación y equilibrio diferentes entre la acción pública y el mercado, recuperando el control público democrático de los bienes comunes, sean estos los recursos naturales o las instituciones económicas fundamentales; una redistribución de responsabilidades entre la empresa, la gestión pública y el tercer sector; otra forma más participativa y cogestionada de adoptar decisiones económicas en la gestión pública y en la privada, con mecanismos efectivos de participación social; un sistema regulado de responsabilidad social y ambiental para las empresas y administraciones públicas que garantice decisiones responsables para con la comunidad, sus empleados y el medio ambiente; así como rendimiento de cuentas plenamente transparente.

Muchas medidas para alcanzar estos objetivos ya están formuladas. Todas contemplan reformas hacia la reducción paulatina de la huella ecológica, buscando nuevas formas de consumo, producción, transporte, una nueva manera de trabajar y de habitar las ciudades y el medio rural que supone revalorizar las comunidades de proximidad y estimular los procesos de relocalización, la preservación de los recursos locales y la soberanía alimentaria, soberanía energética con renovables, soberanía financiera y proponemos crear un gran debate social que nos permita poner en marcha lo que será el fundamento del pacto social de la sociedad del futuro: la renta básica universal de ciudadanía.

En resumen, proponemos una radical revisión de las alternativas de la izquierda tradicional (fundamentadas en el mito del crecimiento indefinido y la ignorancia de los límites ecológicos). Nos proponemos trabajar por esto en el marco europeo colaborando con nuestros compañeros y compañeras del Partido Verde Europeo.

Juan José Merino Carrillo es miembro de EQUO Málaga