Ha vuelto a pasar. Una vez más. Una tragedia de las que hielan la sangre y detienen el tiempo. Incomprensible a la lógica humana. Leonor tendrá ya siempre seis años en el recuerdo de los que la quieren. Su padre se quitó la vida el pasado lunes en Campillos pero antes acabó también, presuntamente, con la de la pequeña. Estaba recién divorciado y sólo veía a su hija el tiempo que marcaba el convenio regulador acordado por el juez, ya que la madre tenía la guardia y custodia y residía a muchos kilómetros del domicilio paterno. Algún vecino apunta estos días que el dolor de la separación con la niña pudo ser el detonante. El sentimiento como argumento para justificar la locura, el drama. Necesitamos que las piezas encajen, comprender. Pero el caos aumenta al conocer que ese padre tenía una condena de seis meses de cárcel y una orden de alejamiento de la madre de su hija por malos tratos. «Te voy a matar», le dijo. Y un juzgado lo condenó aunque no llegó a entrar en prisión. El mismo juzgado que no vio problema en que mantuviera el contacto normal con la menor. La medida entra dentro de la ley, pero no de la lógica y menos cuando existe un artículo legal que permite suspender el régimen de visitas si es necesario.

Los expertos son prudentes. Dicen que hay que estudiar caso por caso. Por supuesto. Igual que en otros ámbitos como en el sanitario. Las enfermedades están descritas en los manuales pero cuando un paciente presenta síntomas se le realizan pruebas y se analiza su caso particular antes de pronunciar un diagnóstico. Lo normal a los ojos de cualquiera sin entender de medicina ni de leyes.

Sabemos que a la Justicia le faltan muchas veces manos y medios para cumplir su labor con eficacia, pero hay temas que deberían tener prioridad máxima siempre, no sólo cuando el crimen ya se ha cometido. El viernes, el Gobierno central aprobará un plan con medidas para proteger a los menores de la violencia que se ejerza contra sus madres. En estos casos no hay una única víctima. La reacción política es correcta pero llega de nuevo tras una tragedia. Acumular órdenes, planes y artículos legales no sirve para nada si como mínimo no se aplican en la práctica las medidas protectoras que ya existen. Con prudencia pero con rigor. Con lógica y coordinación. Con sentido común.

@susanafdezg