H­­­ay que tener mucha valentía y arrojo para, teniendo una idea de negocio, ponerla en marcha, arriesgando lo mucho o lo poco que se tiene. Siempre me ha parecido admirable, y eso que en mi familia el autoempleo fue durante una larga etapa nuestro modo de vida, con el que, por cierto, arrasó la crisis de los noventa. De ahí que si en cualquier momento la tarea de emprender merezca el máximo de los reconocimientos, en tiempos como los que corren, sea ya para quitarse el sombrero.

En Málaga, por suerte, hay mucho valiente. Entre nuestras virtudes siempre ha destacado el carácter emprendedor, dinámico y diligente. Y a los datos me remito: una de cada tres empresas que se crean en Andalucía es de Málaga; superamos la media andaluza de empresas por habitantes en casi diez puntos (67,4% cada mil habitantes en Málaga, frente al 58,4% en Andalucía); y un último apunte significativo y que respalda aún más la afirmación anterior es que más del 35% de los jóvenes malagueños ven el autoempleo como una buena elección de futuro, y aunque pueda parecer un bajo porcentaje, es el más elevado de toda España.

Es cierto que la crisis ha puesto en jaque el tejido empresarial español y si en Málaga hemos mantenido el tipo ha sido porque el ritmo de creación de nuevos negocios ha superado al de cierre: 11 sociedades se dan de alta al día frente a 6 que se destruyen. Una prueba más de nuestra capacidad de superación y del carácter irreductible que nos hace crecernos ante las dificultades y no dejarnos doblegar por las mismas. Lo que no quiere decir que autónomos, pymes y, en definitiva, emprendedores, no agradezcan cualquier iniciativa que venga a aliviarlos de las muchas cargas y preocupaciones financieras, laborales y de otra índole que tienen.

El Gobierno de la Nación, dentro de su Programa Nacional de Reformas para 2013, ha presentado hace escasos días la Ley de Apoyo al Emprendedor y su Internacionalización. Entre las muchas medidas caben destacar algunas tan esperadas por el sector empresarial como el llamado «IVA de caja», con el que no se ingresará este impuesto a Hacienda hasta que el empresario lo haya cobrado. Otra novedad muy importante, dada la situación de extrema necesidad en que se encuentran muchos negocios actualmente, es la figura del Emprendedor de Responsabilidad Limitada (ERL), cuyas deudas contraídas como empresario no afectarán a su vivienda habitual, siempre que no supere los trescientos mil euros. También se incluyen nuevas deducciones fiscales, como la del 20% de la cuota estatal de IRPF, que se aplicará a las aportaciones que realicen inversores particulares a una empresa nueva o recientemente constituida. Asimismo, la normativa prevé la puesta en marcha de la llamada Segunda Oportunidad para los Emprendedores que fracasen con su primer proyecto, facilitándoles mecanismos de negoción extrajudicial de deudas, incluso podrían pactarse quitas de hasta el 25% de los créditos y refinanciaciones con carencias de hasta tres años. Merece especial mención los bussines angels, que tratan de incentivar la captación por parte de empresas de nueva creación de fondos de contribuyentes que, además de su capital financiero, aporten sus conocimientos y experiencias. Contarán con una deducción del 100% en las ganancias obtenidas de la venta de su participación en una sociedad si éstas las reinvierten en esa otra de reciente constitución.

Todas las administraciones se apresuran a diseñar y aprobar medidas que respalden e impulsen el emprendimiento aunque algunas, como siempre, aprovechen esta inercia para dar titulares. Es el caso del Bono Empleo Joven de la Junta, que venden como ayuda al joven, aunque a quien realmente le supone un ahorro es a la empresa, lo que parece avergonzarles por eso de que el socialismo protege sólo al obrero y no al empresario. Además, después de anunciarlo como el gran revulsivo contra el paro juvenil, resulta que el impacto estimado roza lo ridículo. Con una tasa de desempleo que afecta al 57% de los jóvenes, en Málaga solo beneficiaría a menos de cuatrocientos de los 88.178 que rezan como demandantes de empleo.

Y lo peor es que no están dispuestos a aceptar y poner en marcha medidas que les proponen otros y que pueden tener un mayor alcance. Es el caso de la moción presentada hace unos días en el Parlamento andaluz por un diputado autonómico del PP. Teniendo en cuenta que de los más de 200.000 desempleados con que cuenta nuestra provincia, alrededor de 100.000 están en la Costa del Sol, la moción pedía al Gobierno andaluz la puesta en marcha un fondo dotado con un millón de euros para financiar proyectos de autoempleo relacionados con la actividad turística en esta zona. Y cómo no, PSOE e IU votaron en contra.

La política que está llevando a cabo el Partido Popular no está guiada por su ideología, sino por puro sentido común. En España el 80% del empleo y, por tanto, de la riqueza, la generan pymes, autónomos y empresarios. Por tanto, a todo aquel que esté dispuesto a poner por delante su patrimonio, pero también su esfuerzo, su ilusión y su futuro y el de los suyos para levantar un negocio, tenemos que tenderle la alfombra roja. Seguro que en Málaga no tardarán en pisarla tantos y tantos emprendedores.

*Patricia Navarro es senadora del PP por Málaga