¿Integración socialo ahorro de los bolsillos?

De acuerdo con la tendencia actual se debe integrar a las personas discapacitadas psíquicas y sensoriales en centros educativos «normales», que no sean específicos para atender solo esas deficiencias. Imagínense que tienen un hijo con discapacidades visuales y les gustaría que fueran a un centro específico para ellos como había antiguamente , centros en los que se relacionen con personas con su misma discapacidad, jueguen, compartan… en definitiva un ámbito en el que su discapacidad no sea una barrera. Pues bien, con la nueva tendencia desaparecen estos centros ya que se cree que debe haber una integración social de esos individuos con el resto. Me viene a la cabeza una serie preguntas, ¿ el qué tomó la decisión padecía esa discapacidad, tiene hijos discapacitados? ¿Se les ha dado alternativa a los afectados para que puedan elegir? Señores, dejen de pensar en sus bolsillos y no quieran disfrazarlo del concepto «integración social». La integración social va mucho más allá de todo eso... ¿O acaso habéis visto a un niño ciego jugando con el resto de niños en el tiempo de patio? Yo los veo solos. No están adaptados los colegios, no hay suficiente personal y no hay una conciencia social por parte de los integrantes del colegio para que se haya llevado a cabo.

Ana Rey Carricondo. Málaga

Diferentes reglas en una pirámide truncada

Fueron muchos clientes los que se dejaron aconsejar por los directivos y los empleados de las entidades con las que habían trabajado desde siempre y que ahora asisten a la dura realidad de haberse quedado sin sus ahorros. Los clientes que tenían una vinculación de siempre con la entidad a través de muchos años fueron engañados con un producto fallido. De aquella estrategia viene ahora la herencia envenenada.

Y es el caso de este policía valenciano que apuñala días pasados a un exdirectivo de la banca. Había perdido 350.000 euros.

Evidentemente, y por terrible que sea la situación, no es justificable el recurso a la violencia. La realidad nos presenta a veces estas situaciones que permiten visualizar la oculta tragedia de cientos de miles de ahorradores.

Es evidente también que en la Justicia española, con la obligación de ayudar a quienes fueron estafados, el peso de la ley no resulta igual para todos: de ahí su ineficacia. Y un claro ejemplo lo hemos podido ver hace unos días con la entrada en la cárcel de Miguel Blesa, el expresidente de Caja Madrid, y su salida dos días después.

Quizá, porque la realidad, a su vez, se ha vuelto tozuda. La pirámide social es una pirámide truncada. Del corte hacia abajo todo el mundo puede ir preso, por cualquier delito ridículo. Del corte hacia arriba es otro mundo: las reglas son otras.

Luis Enrique Veiga Rodríguez. Málaga