Aunque para algunos la mitología es en el fondo una colección de profecías, la leyenda del rapto de Europa por Zeus es demasiado vaga como para obtener mensajes. Quedémonos sólo con el título de la leyenda. El curso de la crisis ha ido definiendo, y están ya claros, los perfiles de su víctima propiciatoria: Europa, la Europa enamorada de si misma, de sus valores, su cuerpo de instituciones providentes, sus formas políticas, su empeño moral (aunque sea un tanto hipócrita). Europa está siendo lentamente raptada por los mercados, que la van arrastrando hacia ellos con su fuerza (el pasivo en circulación) y su poder de seducción (los llamados países emergentes). Los mercados le dicen, a golpe de préstamo, que eso que ve en si misma no es sostenible, que no puede pagarlo, y, puesto que lo ha financiado a crédito, es rehén suyo. La bella Europa va por su pié camino del serrallo.