Millones de euros buscan municipios

Millones de euros buscan municipios Hay quien apunta con intención de dar a las diputaciones provinciales argumentando que su momento ha pasado, toda vez que son los gobiernos autonómicos quienes están llamado primordialmente a resolver los problemas de los pueblos, sean estos de menor o mayor entidad en cuanto a su población. Hay quien intenta poner a parir a los presidentes de estas entidades supramunicipales. Ocurrió en el coloquio que protagonizó días atrás el personaje televisivo Jordi Évole en la Térmica, el cual aceró sin contemplaciones sus dardos contra el presidente de la Diputación de Málaga, que resistió estoicamente sus diatribas.

No podemos estar todos de acuerdo. Estas instituciones han tenido y tienen un papel primordial que cumplir, sobre todo en los problemas de infraestructuras, instalaciones deportivas, caminos rurales, entre otras urgencias igualmente necesarias en los pequeños núcleos de población, los cuales sin su intercesión estarían muy lejos de poder ejecutar. Ahora, la Diputación Provincial, sirviéndose de la Oficina de Atención al Ciudadano, ha convocado a casi el centenar de municipios malagueños para cimentar el Plan Especial de Impulso a la Economía. Sustentado con 38 millones de euros, sacarán del paro a 1.500 personas, que vienen padeciendo esta lacra desde bastante tiempo atrás. En principio, ese cifra estaba destinada a cancelar deuda bancaria, pero ha sido la gestión del presidente de la institución, Elías Bendodo, ante el Gobierno central, lo que ha hecho posible el desvío hacia este objetivo.

Reside ahora en los alcaldes que acudirán a la Diputación dilucidar el destino de estas inversiones, explicitando si se dedicarán a planes provinciales antiguos o a nuevos proyectos, los cuales deberán cumplir los plazos establecidos, como es de rigor. Pero lo importante aquí es que habrá dinero para hacer frente a acuciantes necesidades de los pueblos.

Consideramos a las diputaciones como garantes de bienestar y gestión, siempre que se financien adecuadamente, de los servicios en el mundo rural. Las administraciones autonómicas, sobredimensionadas y haciendo equilibrios como consecuencia de la recesión, es sabido y notorio que están eliminando ayudas económicas a los municipios, que a su vez cuentan con menos recursos. Las diputaciones se ven en la obligación de tirar del carro bamboleante de los pequeños pueblos, los cuales estriban en ellas, por la proximidad, la confianza en sus diligencias para rescatarlos de atascos, que no son pocos ni menores.

José BecerraMálaga