«Nuestro obispo Jesús es para Málaga una auténtica bendición de Dios». Lo dijo ayer Javier González de Lara en el Forum Europa Andalucía, en uno de los salones del hotel NH en Málaga. Con semejante introducción no hacía falta que el actual obispo de Málaga, Jesús Catalá, le preguntase al responsable de los empresarios malagueños, como hizo antes de subir al estrado, si estaba ante el areópago de Atenas o se enfrentaba a la arena de Roma. En algún sitio sentado le aplaudió Pablo de Tarso, o alguien que se le parecía bastante según lo pintó El Greco. Y comenzó Catalá su charla con ritmo y con una cadencia perfecta: «Los cristianos son unos ciudadanos más. Pero su doctrina no es de origen humano, es una revelación». Fe y Razón. Si empezamos así, qué se le puede preguntar al espíritu Santo€

Me interesó tanto la charla del obispo que enlazo aquí algunas frases: «Los cristianos tienen un estilo de vida admirable. Creen en una vida más allá de lo terrenal. Conciben hijos pero no se desentienden de ellos nunca. Respetan la vida desde la concepción (una alusión clara contra el aborto). Deben atender a los más pobres siempre, aunque también lo hagan no cristianos. Porque cuando terminan las ayudas y se van las oenegés se quedan los religiosos.

Los cristianos tienen la casa en común, pero no el lecho. Respetan el cuerpo, obedecen las leyes y con su modo de vivir superan esas leyes. Aún hoy son asesinados 100.000 cristianos cada año. Y es que los que os aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad. Los cristianos son en el mundo lo que el alma al cuerpo. Están retenidos en el mundo como en una cárcel. Pero los cristianos deben trabajar en la política, la economía, la cultura y los medios de comunicación. Porque la viña es el mundo y los cristianos deben cultivarla. Para ello es necesario formarse adecuadamente y ser valiente€»

El puntito añadido de esas valoraciones, tal como las iba desgranando el obispo, es que pertenecen a una carta enviada por un cristiano en el año 112 a un romano andaluz de nombre Adriano (el mismo que 5 años después se convertiría en emperador de Roma). Eran precisiones de un cristiano a alguien que no lo era cuando aún los cristianos eran perseguidos. Hubo más aplausos cerrados. Para hacernos una idea de cómo algunos encajaron las intensas palabras del obispo, traigo aquí una de las primeras preguntas que le formularon: «La Costa del Sol, por su mezcla de población y su relajación de las costumbres, ¿podría ser un territorio propicio para el laicismo?» Bueno€.

Cuando habló de Educación batalló: «El Gobierno nos da un 30% menos para la educación concertada de lo que se gasta en la estatal. No tiene sentido poner una asignatura sin valor académico. Tan pública es una universidad de la Iglesia como una estatal». Acerca de la posibilidad de abrir una universidad privada en Málaga dijo: «Parece que ahora sobran universidades y lo que hay es que aplicar mayor calidad, quizá una sede aquí estaría bien». Todas estas afirmaciones las apoyó Catalá en su interpretación del artículo 27 de la Constitución, que da a los padres el derecho a exigir al Estado la Educación que deben recibir sus hijos. El obispo soltó lapidariamente que no le corresponde al Estado obligar la educación moral que deben recibir los ciudadanos. Y fue mordaz al preguntar, con una sonrisa de 2.000 años en la cara, y con razón: ¿Por qué algunos partidos dicen que hay que revisar los acuerdos sólo cuando no están en el Gobierno?

La obsesión de algún cofrade le hizo responder al obispo sobre por qué no deja que se celebre la Pasión durante el año. Y como quien reprende a un niño, severo y paterno, Catalá aseveró que la liturgia tiene su sentido y que la Navidad se celebra en diciembre y nada más. Otra cosa son actos como el 25 aniversario de la coronación de la Esperanza, al que dijo que asistirá, que es un acto cofrade pero no de Semana Santa. «Qué nos gusta sacar un trono a la calle», pensó más de uno, pero no lo dijo porque en junio la procesión va por dentro...

Del resto de asuntos tratados, el de un plan director para terminar la catedral de Málaga interesó a algunos periodistas. Pero entonces este obispo del siglo XXI comenzó a hablar de «fieles e infieles» y se cruzaron los siglos. Parecía feliz cuando nos advirtió: «Los infieles esperan una reforma del Papa que a lo mejor no nos trae, porque Francisco va a renovar la Iglesia no según los gustos de cada uno, sino según el Espíritu Santo». Y al fin llegó una pregunta que pareció periodística, acerca del protagonismo de la mujer en la jerarquía de la Iglesia y el sacerdocio femenino. Monseñor Catalá respondió sin titubear: «Quizá sea eso lo que quiere esperar la gente. Bueno, pues que la gente no lo espere. Eso está descartado teológicamente. Jesucristo, si hubiera querido, habría puesto mujeres entre los 12 apóstoles. Pero eligió a varones. Es voluntad de Dios» Cuesta decir Amén... Porque hoy es sábado.