La respuesta, rotunda, y fue la de un no. Y desgraciadamente lo fue para todas las pymes, autónomos y ciudadanos consultados. Fue la pregunta que abrió el debate recientemente en la asociación de jóvenes empresarios, y la hicimos abiertamente, a toda la sociedad malagueña mediante las redes sociales, y posteriormente a todos los allí presentes. Y los allí presentes eran todos los agentes implicados y responsables de las políticas activas de empleo y de economía de nuestro país; Gobierno central, Junta de Andalucía, Diputación Provincial, Ayuntamiento de Málaga, nuestra Universidad y la Confederación de Empresarios que reunimos en la sede de AJE . Es decir, a priori y sobre el papel, todos los responsables de dibujar y hacer cumplir las normas en el marco de juego de la creación de riqueza y empleo. Faltaría algún rubicundo europeo de la UE, pero en nuestra humildad, ya estábamos bien servidos para alimentar ese debate tan importante del emprendimiento. Y no fue mal la cosa. Y las dijimos bien claras, porque la cuestión es importante y está en juego buena parte de la recuperación económica del país. No hay otra solución más inmediata, para el drama del desempleo que el emprendimiento. Si cada empresa que naciese hiciese 5 puestos de trabajo bajaríamos las cifras del paro en 3.500.000 personas. Los datos son que necesitamos la creación y nacimiento de 700.000 empresas (eso se llama emprender) para salir de esta crisis económica. Y eso tendría que ser la principal prioridad actualmente en este país, tal y como nos preguntábamos. Y no lo es. Por incomprensible que parezca. Pero estamos en la marca España. Que os vamos a contar si basta con abrir un periódico para darse cuenta del estado de la nación. Y entre tanto ruido no se escucha a los llamados a solucionar la papeleta. Si esa generación, la mejor formada de la historia, que se nos está marchando y que en otros muchos casos lo intentan aquí, en su tierra, al montar una empresa, encontrándose con un ecosistema abrasador, al más puro estilo desierto del Gobi. Y es la mejor metáfora que desde hace muchos años están sufriendo las pymes y autónomos de este país. La de ser un desierto. Muchas de estas empresas que crean el 80% del empleo en nuestro país, mueren abrasados por todos los problemas graves que las aquejan y que no dependen de ellas. Que sí una burocracia y una administración interminable, incomprensible y arbitraria. Seguridad jurídica le llaman a eso. Hasta que no arreglemos este tema ya sabemos que inversión sería la que vamos a tener en nuestro país. La del boniato. Luego, en el transcurso de este desierto nos encontramos con los espejismos. Y aquí nos topamos con el tema de la financiación, que es el más brutal de los espejismos. No coment. Los bancos no dan un chavo. Sin dinero no hay inicio de empresa, y sin inicio de empresa no hay empleo. La banca achaca la alta morosidad en el país del Lazarillo de Tormes, a la inseguridad jurídica. ¿Les suena? La pescadilla que se muerde la cola. Y en medio los jóvenes emprendedores, sin comprender nada y que han heredado este horizonte. Con cara de alucinados, claro. Y en la lista interminable esta de obstáculos a la hora de montar una empresa, en este desierto llamado Iberia, le sigue un tercer socavón básico. Temazo; fiscalidad. Pa morirse si has llegado a esta casilla. Impuestos, como el de la cuota de la seguridad social, de las más altas de Europa. Qué decir de la cuota de autónomo. En las mismas. Y claro, así quieren que montemos empresas.

Así es muy sencillo darle respuesta a la pregunta del inicio. ¿Son los emprendedores una prioridad? La respuesta era muy clara. No. Con este «ecosistema» es prácticamente imposible emprender en Málaga y en España. Toda una pena. Y a pesar de eso, y menos mal, Málaga es la segunda provincia emprendedora de España. ¿Qué seríamos si los vientos en materia fiscal, administrativo y laboral nos acompañasen? Recientemente, en la asamblea general de la CEOE me lo preguntaba un catalán con cara de alucinado. ¿Málaga segunda en emprendimiento, en España? ¿Eso como puede ser? Pues siendo. Málaga es dinámica comercialmente desde toda su historia. Dinámica y valiente a la hora de echarse palante en esto de ganarse la vida. Provincia de pymes y autónomos, de «mujeres guapas y marinos valientes», algo así decía el refrán. También una provincia y esto es remarcable y curioso, que en esto del emprendimiento, todas las administraciones arriba mencionadas desde hace al menos 12 años hacen un kit-kat; un patrón a su cainismo salvaje que hace estéril todo lo que toca, y suelen llegar a consensos y cooperación. Vital para la cosa económica y el empleo. Nos lo recordaba recientemente el presidente del PTA, Felipe Romera. Es una clara y excepcional ventaja. En esto, parece que vamos todos de la mano, y desde los jóvenes empresarios es de agradecer. También tiene mucho que ver los 20 años de trabajo de AJE. Con determinación y resolución, también desde el ejemplo y la sociedad civil (son empresarios/as las que lo configuran), demandamos por el bien común de todos que se solucionen ya de una vez por todas estas locuras y sin sentidos que nos atenazan en multitud de ocasiones a la hora de crear riqueza y empleo. Que nos va el futuro de Málaga en ello, y que sin empresas no hay trabajadores. Y sin trabajadores no hay empleo. Que nos demos cuenta ya de ello. Y bienvenidos todos los que se suman a esta senda. Es en beneficio de todos. En pos de Laura que monta una zapatería y da trabajo a cuatro personas. O de David, que monta una consultora medioambiental que da esperanzas a doce familias. Eso es el futuro. Y para muchos aún no son prioritarios.