Meritocracia

Procedente del griego krátos, el sufijo cracia imprime carácter de dominio, fuerza, autoridad o gobierno a la palabra o concepto a los que sirve de colofón: fisiocracia, democracia, aristocracia, bancocracia... Ahora, a remolque del rifirrafe organizado por el ministro Wert, tanto dentro como fuera de sus filas al establecer el 6,5 como nota media para obtener la primera beca, ha surgido con fuerza el término meritocracia. Al final, el ministro se ha visto obligado a recular y se concede una bajada de ese índice que defendió a machamartillo en los primeros momentos, pero sigue incidiendo en el valor restrictivo del sistema. De esto no se apea. Y es algo que se debería tener en cuenta, pese al arrinconamiento de quien propuso la media que ha revuelto las aguas en el mundillo de la Educación. Meritocracia, pues, es lo que se exige para quienes gocen de ayudas que proceden de las aportaciones dinerarias de los contribuyentes, algo que tiene capital importancia con los calamitosos tiempos que corren. Uno, que cursó sus estudios universitarios en un pueblo perdido de la Serranía, Benaoján, por más señas, merced a la Universidad de Educación a Distancia (UNED) en los inicios de su andadura y que culminar la licenciatura le costó -parodiando a Churchill)- «sangre,sudor y lágrimas» a tenor de los sacrificios que tuvo que sufrir, no ve como un disparate que Wert exija unos méritos que no suponga obtener el título como quien logra el carnet de conducir. Por otra parte, considero que el mérito y el esfuerzo no son contrarios a la igualdad de oportunidades; poniéndose en práctica el tesón y el empeño se anula cualesquiera otra discriminación.

Se sabe que entre las 100 mejores universidades del mundo no figura ninguna española. Esto parece abonar el hecho de que se exija mayor capacidad de enseñanza a los centros y más denuedo al alumnado para conseguir el título. Tal vez tendríamos que seguir el ejemplo de los Estados Unidos, donde sí un puñado de universidades figuran en el palmarés de las más relevantes. Las becas las concede la propia universidad o el costo de los estudios se obtiene recurriéndose a un préstamo bancario que el alumno tendrá que devolver una vez finalizados . En ambos casos habrá que contar con un expediente académico óptimo. Meritocracia,por tanto, que habría que importar. Así que no nos parecen tan descabelladas del todo las pretensiones del ministro hoy denostado y que tanta polvareda ha levantado.

José Becerra Gómez. Málaga