Oliver Stone ha empezado anoche a desnudar a USA, y así seguirá otras nueve semanas. De Barack Obama dice que, a fin de cuentas, es un producto más del sistema americano. ¿Es también Oliver Stone un producto más de ese sistema? Quizás cabría medir la vitalidad de las naciones por su capacidad para la permanente autocrítica: un drenaje de sus infecciones, una purga drástica o, al menos, un exfoliante que limpia de escamas la piel y la libera de la última capa, restableciendo el aspecto lozano. Nadie como ellos en eso. Curioso, que el único tiempo en que la autoconciencia crítica fue amordazada allí (el macarthismo) se recuerde como un periodo tan particularmente trágico en la historia de USA. En ese sentido, al dejar ahora al desnudo sin miramiento alguno su vocación, práctica y métodos imperiales, Oliver Stone estaría dando cuenta también de la vitalidad del sistema al que denuncia.