Este fin de semana el Clínicas Rincón ha comenzado su andadura en la LEB Oro, segunda categoría del baloncesto nacional. Lo hacemos siendo conscientes de las dificultades que nos vamos a encontrar pero cargados de ilusión, hambre y ambición.

Esta temporada jugaremos nuestros partidos en casa en el mítico Pabellón de Carranque. Allí esperamos ver a todos los aficionados que ya nos acompañaron en la fase de play-off de ascenso a LEB Oro la temporada pasada. Un público que llenó Los Guindos y que nos ayudó y empujó en los momentos difíciles y disfrutó con nosotros en los momentos felices. Pero este año queremos que se sumen muchos más a este nuevo reto, que se unan a la fiesta que seguro que vamos a vivir en cada partido, que llenen Carranque.

Unicaja es el equipo de nuestra ciudad, al que todos debemos sentir muy dentro puesto que representa a Málaga y la hace respetado en el baloncesto europeo. Por eso debemos apoyar a nuestro equipo y llenar el Carpena. El Clínicas es y debe ser el equipo de la cantera malagueña. Intentaremos mostrar el baloncesto con el que hemos crecido, el baloncesto que se juega en todas esas canchas en las que hoy en día se sigue haciendo baloncesto con pasión, con corazón y también con enorme calidad. Nuestro equipo está formado por jugadores que han nacido en clubes como El Palo, Maristas o EBG Málaga, y que han seguido formándose como jugadores y como personas en la cantera del Unicaja, un lugar donde yo me he criado y donde se hacen muy buenos jugadores valorados en España. Por supuesto que también tenemos jugadores extranjeros, que llevan años aquí haciendo suyas nuestras costumbres y que son malagueños de adopción.

Para mí el reto de jugar en Carranque es muy especial. Cuando era un chaval acudía a este emblemático lugar del baloncesto en nuestra ciudad para ver jugar al Mayoral Maristas. Iba a ver a Nacho Rodríguez, a Mike y Ray Smith, a Paco Aurioles, tan presente en este proyecto, pero sobre todo iba a ver a Javier Imbroda y Pedro Ramírez, dos entrenadores admirados por mí y que consiguieron que un equipo humilde de colegio se convirtiera en un referente en el baloncesto español, logrando el respeto de todos sin perder la humildad ni despreciando a ningún rival pero tampoco teniendo miedo ni considerándose inferiores a ninguno de ellos, ya fuera el Real Madrid o el Joventut de Badalona, quien visitara aquella cancha.

Yo decidí que quería ser entrenador viendo a Nacho Rodríguez tirarse al suelo por un balón, a Ray Smith defendiendo a jugadores mucho más grandes y fuertes que él o a Mike Smith saltando por encima de cualquier rival. Pero sobre todo viendo a un equipo que parecía inferior por nombres pero que en la cancha era capaz de ganar y competir con cualquiera. Soñé con sentarme algún día en ese banquillo y ser yo quien hiciera tirarse al suelo a sus jugadores, o que creyeran que no eran inferiores a nadie hasta conseguir ganar a rivales que parecían invencibles. Han pasado los años y he crecido. Pero he seguido soñando en sentarme en aquel banquillo de aquella cancha que transmitía eso tan especial, esa ilusión y ambición por crecer.

Ahora el destino va a hacer que ese sueño se haga realidad. Por supuesto que estoy a años luz del nivel de Javier o de Pedro, que todos los que me conocen saben lo que le admiro como entrenador (nunca dejará de serlo) y como persona. Y voy a disfrutar con humildad de mi sueño hecho realidad cada viernes que me siente en ese banquillo, intentando que seamos tan sencillos como aquel equipo, pero con el mismo hambre y ambición que ellos mostraron, enseñando a la España del deporte de la canasta que en Málaga se hace un baloncesto de cantera de calidad que nada tiene que envidiar a otras canteras tan afamadas en nuestro país.

Quiero invitar a la afición que llena las pistas de los clubes y colegios de Málaga a que vengan y disfruten de nuestro sueño juntos, que sufran y sonrían con nosotros y que me regalen el honor de ser el entrenador con el banquillo más largo del mundo, un banquillo donde todos os sintáis participes y necesarios porque este es vuestro equipo.