A los países ricos de Europa les preocupa verse arrastrados por los países llamados «pobres». A las regiones «pobres» de los países «pobres» de Europa les preocupa ser abandonadas a su suerte por las regiones y los países ricos de Europa. En esas preocupaciones fronterizas entre ricos y «pobres» se consume la política, el mundo mediático y el debate cívico europeos. Más abajo hay una frontera de verdad, que más que países parece separar dos mundos. El PIB de un país «pobre» del Sur de Europa cuadruplica el de un país del Magreb, y multiplica por 20 o más el de un país del África subsahariana. En el intento de cruzar esa frontera, con su línea más delgada en los estrechos (Gibraltar, Sicilia) han muerto ya miles de pobres, y ahora quiero decir pobres de verdad, sin comillas. Ahí está el Sur de Europa, por más que pongamos ojos de miope para no ver más allá de nuestro Sur de andar por casa.