DESCONSIDERACIÓN

Acaba de finalizar el verano. De nuevo, nuestro ayuntamiento decidió dar vía libre a una serie de espectáculos «cómico,taurino, musicales» que se han llevado a cabo en el recinto de la plaza de toros de la Malagueta. Los vecinos (muchos,) que vivimos en el entorno y alrededores del coso taurino hemos estado sometidos a todo tipo de molestias(desde junio a septiembre) como consecuencia de las actuaciones allí programadas. Los organizadores, y quienes los han autorizado, no han tenido ninguna consideración hacia los muchos vecinos residentes en la zona que, dicho sea de paso, estamos sometidos a una presión fiscal de las más elevadas de la ciudad sin tener siquiera garantizado el derecho al descanso y,además, con serios problemas en los equipamientos y servicios que la zona necesita. Pero este es otro tema del que merece la pena hablar en otro momento.

Bien está la celebración de festejos taurinos, que es la razón de ser de las plazas de toros. Lo que no es de recibo es meter ahí espectáculos musicales. ¡Este año ha habido hasta ópera! El problema principal no es la actuación de los cantantes que, más o menos, terminan sobre la 1 horas. El gran problema lo constituye el gran número de camiones de gran tonelaje que peligrosamente entran en el patio de caballos de la plaza (con pocas medidas de seguridad) para descargar, montar, desmontar y cargar de nuevo todos los materiales necesarios (tubos, estructuras metálicas, equipos de sonido, sillas, escenarios, etc, etc.). Lo peor es que todos estos trabajos se realizan de noche y madrugada, con la iluminación de la plaza a tope (¿les regalan la energía eléctrica?), varias carretillas pululando en torno a los camiones y los obreros gritando porque, al parecer, como ellos no duermen nadie tiene derecho a dormir. El colofón lo ha puesto una mal llamada «fiesta de la cerveza» (¿fiesta para quién?) durante la cual y entre los días 19 al 29 de septiembre, una banda de música moderna, durante la mañana, tarde y parte de la noche nos ha «deleitado» con sus actuaciones a un nivel sonoro tan descomunal que durante ¡once días! nos ha hecho imposible el descanso. ¡BASTA YA! Los espectáculos musicales al Auditorio Municipal, al Martín Carpena, a la Rosaleda, a una carpa en el campo alejada del vecindario o donde sea y déjennos en paz de una puñetera vez para que los sufridos vecinos de La Malagueta, incluido, ¿cómo no? nuestro Sr. alcalde, podamos dormir y/o descansar.

P. D. Probablemente en los próximos comicios municipales el equipo de gobierno del Ayuntamiento podría llevarse una sorpresa con muchos votantes de la zona que estamos que «trinamos» por tanta desconsideración y falta de respeto.

Joaquín González PizarroMálaga