Ancelotti, el entrenador del Real Madrid, resulta cada vez más incomprensible. Cuando parecía imposible que fuese capaz de dar con más incongruencias, va el italiano y se supera y nada menos que ante el Barcelona, para que se entere todo el mundo de una vez.Si es que da gusto con la gente creativa.

Colocar a Sergio Ramos como mediocentro le acompañará el resto de su vida de entrenador. Alinear a Bale como delantero centro tampoco está nada mal. Quitar a Arbeloa porque había tenido un mal día ante Neymar, en un partido por cierto fatal de todo el equipo español, es a la vista de la «revolución» en el equipo una cosa menor y hasta podría tener su justificación.

Pero con todo esto se pone de manifiesto una vez más que Ancelotti no está preparado, al menos de momento, y ya acumula partidos, para la tarea de hacer del equipo madridista un equipo que no baile al son del rival.

Las «locuras» de Ancelotti dieron vida a un Barcelona menor. Esa es la conclusión que más daño hace al italiano, y lógicamente a quien lo ha fichado. Sería interesante saber cómo Florentino Pérez llegó al convencimiento de fichar a este técnico más allá de la palabrería de la búsqueda de la excelencia, de un nuevo paso adelante en la historia del club, y bla, bla, bla. Es decir, qué informes ha manejado, qué conocimiento preciso tenía de cómo entrenaba, de cómo dirigía grupos, de su estilo de juego....

Y lo mismo vale para futbolistas como Isco y Bale. Fichajes carísimos que no acaban de encontrar el sitio y que ya se constituyen en serio motivo de preocupación para el madridismo.

Y es que pueden catalogarse como fichajes del gusto de Pérez, que se sigue cubriendo de gloria. El centrocampista malagueño no tuvo el sábado ni un sólo minuto, lo que dice mucho de cómo lo ve de preparado Ancelotti para un compromiso de este calibre.

Por tocado que esté el entrenador, y el galés bien podía haberse quedado en la caseta, que hubiese hecho mucho menos daño a su equipo, hay determinadas evidencias. El futbolista destinado a marcar una época en el Madrid, como el propio presidente blanco manifestó en su presentación, está en estos momentos para ser suplente de Jesé.

Porque en la pizarra de Ancelotti, donde todo puede desde este momento ocurrir, consideraremos que al canterano madridista le tocaría en una parcela similar a la del exmalaguista. Y si es que se trata de que juegue de delantero centro, también parece por delante, pues el joven atacante se ganó anteayer el puesto, por cierto, y no sólo por el gol anotado en el descuento, sino por hambre de éxito y de condiciones.

Ancelotti se ha superado. Y justo en el primer clásico de esta temporada. Hay obra en este Madrid, que se empeña en hacerle la vida más fácil al Barcelona.