Lista de espera preocupante

Perder la salud y padecer alguna enfermedad que obligue al paciente a ingresar en un centro hospitalario en Málaga se empieza a dibujar como un panorama intranquilizador con negros nubarrones que crecen por día. A una desgracia le sigue la otra: a caer enfermo con cierta gravedad se le une la de tener que esperar más del tiempo prudencial que hasta ahora se había señalado para ser atendido por un especialista, entrar en un quirófano para que nos reparen una hernia discal o nos hagan las pruebas que nos devuelvan la tranquilidad tras la biopsia de parte de algún órgano dañado o nos confirmen la extirpación total para garantizar la supervivencia hundiéndonos en la incertidumbre del futuro más inmediato. Si estos quebrantos de la salud vienen a incidir, como suele ocurrir por ley de vida, en los que ya tienen tras de sí una prolongada cuenta de años, entre los me cuento, el problema se agudiza indefectiblemente.

Se puso en planta, al parecer, un plan de choque, según anunció la consejera de Salud, María Sánchez Rubio,para solventar las deficiencias, pero los resultados no han sido los satisfactorios que cabía esperar y los problemas subsisten para quienes se sienten necesitados de una atención urgente ya sea un análisis o una intervención quirúrgica. La respuesta para quienes nos hacemos la pregunta del porqué de esta situación anómala ante un problema tan crucial para la salud tiene una respuesta taxativa: por mor de los recortes presupuestarios no hay dinero para las contrataciones de personal médico y sanitario. Pasan los días y el problema se agrava para desesperación del personal de dispensarios -médicos, enfermeros y celadores- que se desviven, hay que reconocerlo, por hacer lo mejor posible su trabajo pese a la carencia de medios.

Tal vez la solución sea la deriva a centros privados de los enfermos que necesiten rápida atención. Algo habrá que hacer ante la evidencia de unas carencias y la imposibilidad de emprender nuevas construcciones de hospitales o rematar los que ya se encuentran en obras y que duermen en el sueño de los justos, como el caso flagrante del de Ronda,que conozco de manera directa.

¿Siempre hemos de ser los que menos medios económicos tenemos los más perjudicados? Altos prebostes del SAS:no jueguen con la salud de las ciudadanos porque como dijo sabiamente Confucio: «La salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada».

José Becerra GómezMálaga