Poco después de que las doce campanadas sonaran llegué y me convertí en el primer recién nacido de 2014. No había pensado cómo sería mi estreno pero desde luego no se me pasó por la cabeza que saldría en la tele y en los periódicos en los brazos de mi madre y con mi padre escoltándonos a ambos. Todo el mundo dice que soy muy afortunado, que esto de inaugurar el año nos traerá suerte a mí y a mi familia. Falta nos hace, según mi padre. Y eso que podía haber sido peor. Por lo visto si hubiera nacido seis años atrás me habría convertido en el primer bebé del primer año de una cosa que los mayores llaman crisis. En cambio, ahora muchos empiezan a hablar de que ha llegado el momento de la recuperación. Incluso he escuchado a un tal ministro De Guindos asegurando que este año se creará empleo. Aunque a continuación ha dicho que «el consumo se recuperará cuando se recupere la confianza y esto ocurrirá cuando el ciudadano español pierda el miedo a perder su trabajo». No tengo mucha experiencia en temas económicos y laborales, y básicamente en ningún otro, pero eso que afirma el ministro me suena a obviedad. Conclusión, no sé si creerme lo del empleo y supongo que lo mismo le pasa a los de las colas del paro.

Pero ésta no es la única inquietud que con mis pocas horas de vida tengo que afrontar. También he escuchado a mi madre decirle a mi padre que saque las mantas de la abuela para tenerme calentito porque encender la estufa va a estar chungo. Ya se llevaron un buen susto cuando dijeron que la luz subiría un 11% a partir de enero. Al final, el recibo aumentará un 2,3%, lo que no es ningún consuelo. Y los trenes, subiendo también. El gas, el agua y el autobús seguirán igual, pero como ya nos los subieron años atrás tampoco es que sean ninguna ganga.

En fin, acabo de nacer y todo me parece un lío. He llegado en tiempos de resaca, de resaca de crisis, según los optimistas. Tras seis años de paro, apreturas y recortes, el empacho no puede ser mayor y ya toca recuperarse. Otros dicen que «hemos tocado fondo» y no sé si eso es bueno o malo. Tal vez hubiera sido mejor esperar un poco más para llegar a este mundo con alguna certeza confirmada.