Pequeño homenaje al padre Loring

El día de Navidad, Dios llamó a su presencia al padre Jorge Loring, sacerdote jesuita.

Corría el año 1992 cuando cayó en mis manos el libro Para salvarte, escrito por este sacerdote, y del cual se han vendido cientos de miles de ejemplares por todo el mundo. Estaba haciendo el servicio militar y andaba por entonces muy inquieto, espiritualmente hablando, de hecho, por aquellas fechas nació, si se puede hablar así, mi vocación sacerdotal. Quedé enganchado con su lectura y tengo que reconocer que me hizo un bien inmenso.

Desde entonces, y hasta hoy, he seguido la trayectoria de este sacerdote ejemplar, escuchándole, siempre que me ha sido posible, y aprendiendo de él, en sus charlas, conferencias, etc... En él reconozco un claro ejemplo de esos jesuitas que han sabido vivir el carisma fundacional de San Ignacio de Loyola, sin deformarlo ni adulterarlo. Hombres enamorados de Jesucristo que sólo hablaban de Jesucristo y de cómo vivir según su evangelio. Sacerdotes que no disimulaban ni ocultaban su condición religiosa y que vivían totalmente entregados al ministerio sacerdotal, amando y defendiendo a la Iglesia y al Papa, con esa impronta militar que San Ignacio y los primeros jesuitas infundieron a la Compañía.

Por ello, muchísimas gracias a tantos y tantos sacerdotes jesuitas que me han llevado a admirar y agradecer, profundamente, este regalo de Dios a su Iglesia que ha sido la Compañía de Jesús.

Quiero que este sea mi pequeño homenaje al P. Loring, al que encomiendo especialmente al Señor, Dios de los ejércitos, y para el que espero que pueda gozar de la felicidad eterna en el Cielo. Pido a Dios por su alma.

Descanse en Paz.

Antonio M. Hernández M.Málaga