El mejor regalo que podrían traer los Reyes Magos a Málaga es trabajo para todos, aunque sabemos que a Sus Majestades estas cosas, desgraciadamente, se les escapan un poco. Según cálculos sindicales, y tras seis agotadores años de crisis, más de 104.000 desempleados malagueños -más de la mitad de los parados de la provincia- han agotado ya todas las prestaciones disponibles. Su única esperanza para este 2014 es que las previsiones de reactivación económica se confirmen y las posibilidades de encontrar empleo dejen de ser una quimera. Esas expectivas vienen siendo alimentadas por el propio Gobierno desde el pasado mes de septiembre, y se basan más en tendencias macroeconómicas que en realidades palpables. El regreso de los inversores extranjeros o la contención de la prima de riesgo son, desde luego, síntomas de que se ha tocado fondo aunque no deben ser tomados en sí mismos como un inicio de recuperación. Mariano Rajoy lo sabe pero está obligado ya a vender optimismo, ahora que se ha rebasado el ecuador de la legistatura y comienzan a vislumbrarse nuevos horizontes electorales. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha vuelto a asegurar que en 2014 se creará ya empleo neto por mucho que las previsiones de crecimiento económico sean todavía muy modestas. Los expertos recuerdan que la flexibilización del mercado laboral permite crear empleo con ritmos de crecimiento del PIB a partir del 1%, cuando antes se pedía el 2,5%. Málaga, con una expectativa de subida del 1,5% para este 2014 cumpliría el requisito, aunque en esto de la economía, por paradójico que parezca, dos y dos rara vez suman cuatro. La reapertura del canal del crédito bancario, el comportamiento del consumo y la evolución de las exportaciones serán otros elementos que marcarán el devenir productivo. Y no estaría de más que la reforma laboral, que de momento sólo ha servido para que las empresas ajusten salarios y plantillas a base de expedientes de regulación de empleo, empiece a demostrar que puede servir también para facilitar la contratación. De momento, y con la entrada del año, el Ministerio de Empleo ha puesto ya en marcha el nuevo sistema de simplificación de la contratación que reduce de 42 a 4 los modelos de contratos: indefinido, temporal, de formación y aprendizaje y de prácticas.

A nivel empresarial, lo más destacado de este inicio de año es la casi segura elección del presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, como presidente de la patronal andaluza CEA en sustitución de Santiago Herrero. La cita electoral es el 23 de enero y su candidatura se presagia como única y de consenso. Sería el primer presidente malagueño desde Manuel Martín Almendro, a inicios de los 80. A González de Lara le tocará un trabajo duro: reconstruir el modelo de una CEA maltrecha y erosionada también por procesos judiciales.