Carta abierta al párroco de Santiago de Málaga

Aunque esta carta es causa de una publicación de Ignacio A. Castillo en el Diario La Opinión de Málaga del pasado 15 de diciembre, bajo el título “A Santiago se la come la humedad “ (sic), creo oportuno dirigirla a quien la inspiró.

Vaya por delante que soy amigo, desde hace muchos años, de Don Manuel Pineda Soria, su antecesor en el cargo. Aunque no soy feligrés de esa parroquia, un día del año 1991 asistí a la celebración de la Eucaristía que oficiaba Don Manuel y quedé atrapado -es público y notorio, como se verá, que no soy único de nuestra querida ciudad - por la unción de sus gestos litúrgicos y la profundidad teológica y eclesiológica de sus homilías.

A lo largo de este periodo y hasta su sustitución, he tenido la oportunidad de conocer su programación pastoral en la parroquia y sus proyectos de rehabilitación de un templo que conocí muy deteriorado. En algunos de estos proyectos fuimos muchos los que colaboramos, cada uno dentro de sus posibilidades y habilidades. En un libro cuidadosamente publicado el 24 de octubre de 2009, titulado «Manuel Pineda Soria, Sacerdote, Formador de Sacerdotes, Teólogo, Profesor y Pastor» se recogen con mucho detalle las mencionadas programaciones. En el mismo se dice, con mucho acierto y precisión que, «Don Manuel Pineda es una página viva de la historia de nuestra diócesis».

Estuve presente en el acto de la presentación del libro y conozco a fondo su contenido. Ya antes él me había enviado un extracto de los proyectos de reformas arquitectónicas y artísticas que en el libro se reflejan. No puedo dudar, Don Francisco, que usted conoce el mencionado libro, seguramente estuvo en su pública presentación porque la asistencia de sacerdotes de la Diócesis fue masiva, incluida la del Sr. Obispo y Vicarios, así como la del Sr. Alcalde de Málaga y otras personalidades de la Diputación Provincial. Tampoco puedo dudar de que lo haya leído. A pesar de ello, permítame los siguientes datos tomados del citado libro, página 185 y siguientes:

Restauración de la cubierta del inmueble (no se había reformado desde la fundación de la Parroquia hacia 1.490) que estaba en pésimas condiciones. La obra se inicia en 1.991 y termina en febrero de 1992. Contó con una subvención de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía de 62.000.000 de pesetas.

Pintura del templo. Tras la consolidación de la techumbre, era necesario proceder a la pintura de los muros y bóvedas del interior. La obra comenzó el 8 de agosto de 1994 y finalizó el 10 de febrero de 1995. El presupuesto fue de 19.210.729 pesetas. En esta ocasión no se contó con ninguna subvención de organismos públicos. Se pagó todo con aportación de feligreses y amigos.

En una tercera fase se acomete la restauración de la torre de estilo mudéjar y la recuperación de las campanas. El presupuesto ascendió a 12.350.000 pesetas. A esta importante obra siguió la iluminación de la torre por parte del Ayuntamiento de Málaga.

Con posterioridad se inicia la restauración del lienzo situado en la Capilla de Ánimas, obra del autor madrileño del S.XVII, afincado en Málaga, Juan Niño De Guevara, discípulo de Alonso Cano. El presupuesto fue financiado de manera mixta: la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía aportó 1.000.000 de pesetas; la feligresía, mediante donaciones aportó un total de 3.000.000 de pesetas.

A continuación se acometió el proyecto de un cancel en la puerta derecha de acceso al templo, en su fachada principal. El proyecto está fechado el 21 de julio del año 2.000. La motivación del mismo fue la dificultad de acceso desde la calle por la puerta en uso hasta entonces a causa de una diferencia de cotas entre el exterior y la solería del inmueble de 42 centímetros. Era un constante peligro de accidentes y una barrera arquitectónica para personas con discapacidad. El cancel se ejecutó idénticamente al existente en la puerta de la izquierda y es de pino rojo para la estructura, de cedro para los elementos tallados y de caoba para los plafonados. El coste de ejecución fue de 4.000.000 de pesetas.

Finalmente, adecuación y nuevo diseño de la iluminación del interior del inmueble. Don Manuel Pineda se puso en contacto con el Ingeniero Don Antonio Rosa Gil, experto en iluminación arquitectónica, con amplia experiencia en readaptación de iluminaciones en edificios artísticos. Se buscó una tipología de iluminación uniforme para todo el interior de la Iglesia. Se realizó un estudio exhaustivo e individualizado de cada uno de los espacios del interior, diferenciando el tratamiento lumínico de cada una de las capillas.

¿Por qué el periodista se limitó a dar una información (sin duda la que usted le había trasladado) consistente en que la Junta de Andalucía actuó sobre las cubiertas del templo en 1992 y que en 2009, concluyeron los trabajos promovidos por la Oficina Municipal de Rehabilitación? ¿Por qué no se menciona la intensa y fructífera actividad de Don Manuel Pineda Soria?

Es lamentable que en la situación en que se encuentra Don Manuel, tras el ictus cerebral que sufrió hace año y medio -entre otras razones, por la frenética actividad que mantuvo siempre al servicio de la nuestra comunidad - se nos ofrezca una información tan incompleta.

Con todo, el autor del artículo cuestionado sabrá disculpar que me haya dirigido a quien, por razones evidentes, no debía o quiso firmarlo. Si me he equivocado, ruego acepte mis disculpas pues lejos de ahondar en la fragilidad de la naturaleza humana, mis palabras sólo albergan el sano deseo de dar a conocer a los malagueños una información completa y veraz.

Estimado Don Francisco, estoy seguro que sabrá ser un continuador de la polifacética obra de Don Manuel Pineda, de la misma manera que él supo hacerlo de su antecesor. Entre estos proyectos, frustrados por la enfermedad, el de solucionar la fuerte humedad producida por las corrientes de agua subterráneas que él inició; en la esperanza de que, entre otros cometidos, siga recuperando para Málaga el más histórico de sus templos.

Gracias Don Manuel por lo que ha hecho.

Francisco Romero Aguilar. Málaga