Monseñor Sebastián, nuevo cardenal español, dice en una entrevista que la homosexualidad es una deficiencia, en el sentido de «manera deficiente de manifestar la sexualidad». Luego aplica la misma palabra, «deficiencias», a los casos de pederastia que se produzcan en el clero. No dice, claro, si le parece o no deficiente la manera de manifestar la sexualidad consistente en reprimirla o incluso negarla de por vida. Parece claro que este hombre es de otro tiempo, está bastante mayor y no aportará nada al esfuerzo de Francisco de renovar la Iglesia. En ese caso, ¿qué necesidad había de hacerlo cardenal?, ¿no hay en la Iglesia española personas jóvenes que vayan en la misma dirección del Papa?, ¿o será que Francisco no está seguro todavía de cuál es la dirección del Papa? Los fieles con ganas de cambio de la Iglesia española no se merecían que les chafen así, cuando empezaban a creérselo.