Báñez parece asegurar que el Gobierno congeló el salario mínimo en 2014 «por el bien de todos». La subida de impuestos resulta que es para hacernos «más felices y hacernos más solidarios». Con este panorama parece que estamos en Carnaval, y eso que todavía no ha llegado. Pero la cosa in Spain no es bien diferente. Mientras, la encuesta del INE nos aleja de ese parnaso «happy, happy», que nos presentan en la actualidad algunos gobiernos. Por otro lado nos topamos con la cruda realidad de las cifras del paro que nos muestra la EPA. Sube hasta llegar a la cifra del 26%. Y si no cambiamos radicalmente el rumbo, es muy posible que siga así. El vivir día a día a pie del cañón junto a los que sostienen el país (las pymes y autónomos), te da verles y escucharles. Y te lo dejan bien claro en sus demandas. No están en condiciones de crear empleo. Simplemente no pueden y les encantaría. No tienen el apoyo suficiente para hacer algo tan importante para las empresas como es contratar a mujeres y hombres que son el motor de sus proyectos. Y por una cuestión de pura lógica, tras seis años agobiantes de crisis, en vez de facilitar la cosa, los gobiernos han subido todos los impuestos de todas las clases. Lo último, aquellos específicos a la contratación. Entre otros, las cotizaciones.

Así se torna muy difícil levantar esa estadística nefasta que hoy pública la EPA. Es una ley elemental de física. A una acción. Una reacción, y en este caso en materia de empleo, actualmente es técnicamente un desvarío. Lo inverso de lo que necesitamos. Como bien decía nuestro presidente de la CEM, que desde hoy con ese importante aval del dinamismo y la valentía de regir y dirigir a esta provincia que es la locomotora económica de Andalucía, le otorga potestad y experiencia. Ahora González de Lara tiene la batuta de la patronal andaluza. Ojalá le escuchen para construir el marco económico necesario en el que tienen que jugar todas las pymes. Nos jugamos el futuro en ello. Porque el reto lo ha marcado bien claro la EPA. Son números bien claritos, que reflejan a una sociedad necesitada y en buena parte resignada. Una sociedad que necesita a empresas y diálogo social, en concreto 400.000 entre pymes y autónomos, que son las que hemos perdido en el periodo 2008-2013. No es para menos, las estadísticas de paro actuales rivalizan con las tasas de países subdesarrollados. Y a pesar de eso, esta chirigota nacional sigue con la pandereta y las proclamas sofistas que se lleva el viento a la primera de cambio.Y la primera rasca, esa gélida y de procedencia europea.

Lo ha sentenciado bien claro el vicepresidente de la cuestión económica de la UE, el tal Oli Rehn. Sentencia: «Arreglar una crisis como la española va a llevar diez años». Muchos pensamos que tiene solución, pero que no tiene que pasar tanto tiempo. Es cuestión de esfuerzo, trabajo, cooperación y responsabilidad. Con estos ingredientes seguro que tendremos resultados, y nuestra querida tierra se lo merece. Pero claro, mientras en Madrid se siga hablando del aborto, y en Sevilla y Málaga se hable de duchas, palanganas y demás historias caseras, malo. Con este discurso nos alejamos de los problemas esenciales socioeconómicos que nos aquejan. Es el pulso al reto que tenemos por delante. Es el termómetro de nuestra realidad. La del barreño y la palangana, en contra de lo que ya algunos ilustres malagueños,como fue Giner de los Ríos y sus queridos regeneración ya demandaban. Reformas. Humanismo. Europa. Profesionalidad. Responsabilidad. Cuestión de altura. Precisamente hoy el presidente de una nación copiaba a nuestros regeneracionistas, a nuestro Giner, con frases como ésta: «En una democracia el cargo más importante es el cargo de ciudadano». Aquí en España, quizás lo que nos haga más falta son muchos «cargos de ciudadano» como el recién fallecido e insigne periodista Manu Leguineche. Españoles nobles, de esos ante los que hay que quitarse el sombrero y de los que todos hablan bien. Y eso en España, es un mérito. Pero es clave. Y así, creyendo y escuchando a esos ciudadanos, sí vendrán «días soleados y azules». Y tras ellos, ojalá, «momentos más felices» de nuestra cansada y decepcionada sociedad española, tan necesitada. Uno de los claros objetivos presentados ayer como prioridad por el presidente de la CEA en su toma de posesión construye ese camino. La ruta. Crear empresas para crear empleo. Y aquí ocupamos por el «Doing bussines» el puesto 145 del mundo. Lo dicho. Mucho trabajo por hacer. Mucho. Nuestra querida tierra y sus gentes se lo merecen.

*Javier Noriega es presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Málaga