He escuchado que en Davos esta vez se hablará sobre empleo juvenil y desigualdad, «muy rojo social» decía esta semana un amigo, pero efectivamente esto no es el cuento en el que los malos se dan cuenta de que hacen daño e intentan arreglar las consecuencias de sus errores que sólo pagamos los mismos, concluía mi amigo.

Invocar a la revolución es casi lo mínimo, cuando las élites económicas están secuestrando el poder político. Escribo estas líneas desde la rancia sensación de que nos están «timando» una y otra vez, diría que con nocturnidad y alevosía, pero no, en realidad lo hacen a plena luz y delante de nuestras ciudadanas caras. Volvemos a Davos, que está de plena actualidad esta semana, volvemos al foro económico mundial, entiendo que los que van a esta reunión son los que están encargados de arreglar esto, la desigualdad, la pobreza, la corrupción, pero en realidad pienso, solo están los gobiernos secuestrados por las elites financieras y, por otro lado, los responsables de que el 1% de la población acapare la mitad de la riqueza mundial, estas personas son las que tienen que arreglar mi problema, el problema de mi vecina, el problema de mis mayores, sigo con esa rancia sensación.

Todo anda muy conectado, estamos concluyendo el ambicioso programa de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En septiembre del año 2000 se reunieron 189 estados en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y aprobaron la Declaración del Milenio, comprometiendo a sus países con una nueva alianza mundial para reducir los niveles de extrema pobreza y estableciendo una serie de objetivos sujetos a un plazo: el 2015.

Prodiversa lleva desde el año 2008 trabajando en la divulgación de estos 8 objetivos de desarrollo del milenio dentro de nuestra comunidad autónoma. Muchos años sensibilizando en colegios, asociaciones y ciudadanía en general de la importancia de estas líneas de actuación, porque desde esa globalidad llegamos a lo local. No me gustaría decir que estos objetivos han sido un fracaso en su consecución, pero desde luego somos muy pesimistas con el grado de cumplimiento de los países en estos objetivos. No hay que irse muy lejos. En España, vemos cómo las 20 personas más ricas poseen una fortuna similar a los ingresos del 20% de la población más pobre. ¿Cómo puede ser que incluso teniendo un empleo se llegue a no superar lo niveles de pobreza extrema? ¿Cómo puede ser que el esfuerzo de sostener a España recae exclusivamente en las clases medias, condenadas a desaparecer y en las personas más desfavorecidas? Esto ocurre y es consecuencia de la poca calidad democrática de nuestro país, no hay otra explicación.

Y concluyo parafraseando a mi amigo: «Y si nos sentimos vasallos de ellos, hay otros que son esclavos, que van a hacerles el juego y rendir pleitesía a cambio de muy poco. Esos personajes son los más parecido a los verdugos de capucha negras de los cuentos medievales».

*Leticia Teboul Galán es secretaria de Prodiversa