Los del Foro de Davos, que tienen mucha pasta, podrían patrocinar un encuentro anual de indigentes económicos para ver qué opinan los pobres acerca de la situación mundial. Les saldría tirado de precio y mejorarían, a cambio, su imagen de marca. ¿Qué cuesta reunir a 200 necesitados en un hotel, no sé, de Benidorm, en temporada baja? Cuatro euros. Si Coca Cola estuviera entre los impulsores de esta idea revolucionaria, lavaría el desperfecto que está llevando a cabo con el cierre de cuatro o cinco plantas que va a dejar en la calle a 700 personas. No es fácil compatibilizar la chispa de la vida y los congresos sobre la felicidad con el despido innecesario de centenares de trabajadores. Pero si patrocina el Foro de Benidorm, se lo perdonamos. De hecho, el foro de Davos debería estar prohibido mientras entres sus conclusiones no aparezca la necesidad de acabar con los paraísos económicos y con el trato fiscal de privilegio para los ricos. Ya lo dijo aquel millonario: Pago yo menos impuestos que mi secretaria. Las opiniones de los del Foro de Davos no tienen mayor relevancia que la del señor que pide limosna a la puerta de la parroquia, y no solo porque acudan a él gente de la solvencia intelectual de Ana Botella, sino porque el pobre de la puerta de la parroquia puede narrar con un detalle estremecedor cómo llegó ahí desde la clase media. Significa que el Foro de Davos está completamente cojo sin el complemento del Foro de Benidorm. Por cierto, que no hemos hablado de los beneficios ideológicos que supondría para esta ciudad la celebración de esta suerte de congreso. Deberían empezar ya a ofrecerse, no nos vaya a ganar la partida un país nórdico. Las noticias que se refieren a Davos utilizan con frecuencia el término líderes para referirse a sus participantes. Aceptar, por seguir con el ejemplo, a Ana Botella como líder viene a ser como aceptar pulpo como animal de compañía. Hay algo en ese Foro profundamente anormal, falso. En el de Benidorm, si finalmente se celebrara allí, todo sería auténtico. Pocas cosas tan reales como la pobreza.