Funcionario, casi cuarenta, centrado en su trabajo y su familia, es un bendito que ha encontrado en su segunda mujer el trozo de cielo que se merece, no es casi incapaz de recordar el título de una película, totalmente incapaz si éste lleva una palabra en inglés e inútil para saber de qué canción se trata esa que el estribillo dice «NiuYor, NiuYor». Esta hagiografía, más allá de para ganar una apuesta con un amigo del tipo «a que no me sacas en un artículo», es para poner en antecedentes a lo que me dijo el otro día con una simple pregunta: «Con la de cosas que han pasado, la crisis, la corrupción, el mamoneo en los ayuntamientos, algo va a cambiar, algo se estará cociendo... ¿No?». Pues no amigo, aunque te creas que tu estás en tu casa o trabajo, tranquilo sin pensar en esos problemas e intuyas que los que estamos algo más interesados en la vida pública tenemos sensación de que algo ha cambiado, la respuesta en un no rotundo.

No ha cambiado, nada, ni va a cambiar. Los mismos de antes están prestos y dispuestos a quitarse el chándal para, en cuanto den el pistoletazo de salida, volver a las andadas, promotores sin escrúpulos. Pero, no nos engañemos con el tópico, empresarios sin escrúpulos, sindicalistas sin escrúpulos y políticos que tampoco los tienen. Quizá mi amigo también es culpable por omisión o quizá no haya nada que se pueda cambiar. O probablemente lo que hay que cambiar es otra cosa que no es tan fácil: a nosotros mismos. Ni siquiera la prensa parece que sea capaz de quitarse de encima, como decía Jabois, el mito de que gana más con lo que calla que con lo que cuenta. Cuanto más callas más estatus. Así que la liberación del cuarto poder tardará en llegar.

¿Soluciones? Pocas, o poco espectaculares creo yo. Decía el sociólogo Morrie Schwartz, al borde de la muerte, que la solución es crear tu pequeña subcultura, obedecer las reglas que tenemos que obedecer por pertenecer a una sociedad, pero los grandes asuntos, cómo pensamos y lo que valoramos, debemos elegirlos nosotros y que nadie lo haga en nuestro lugar. Escojamos.