Venga a Ronda a probar fortuna

Un multimillonario tranquilo. El rondeño de la barriada de San Rafael, quien según parece -la lotera ha dado fe de ello- , recibió la buena nueva hace unos días de la lluvia de millones (16, sin contar la parte proporcional que se llevará el ministro Montoro) como si con él no fuera la cosa. Sangre gorda se llama a eso y también perfecto dominio de las emociones. El afortunado ganador del colosal premio de la Primitiva no pareció que hiciera saltar de júbilo al comprobar la mareante cifra que le había llegado del cielo.

En el punto de venta donde lo adquirió fue comprobando sin palidecer ni quedarse mudo por el asombro que los aleatorios números que él fue poniendo en el boleto y que su pensamiento le iba dictando habían sido los que coincidían con los que salieron, uno por uno, en el transcurso del sorteo en cuestión. El mismo, junto a otros, que cuenta cada vez con más adeptos, quizás porque en los juegos de azar como éste hay infinidad de gente que deposita la ilusión de salir de tantas dificultades económicas como las que nos abaten a diario. La lotera, que no sabe en sí de gozo, constató la impasibilidad del afortunado cliente, desde ahora un «solterón de oro» (cuenta poco más de 45 años) al que se lo disputarán las novias. Ronda, desde tiempos atrás, ha gozado de dispensadora fecunda de premios en cualquiera de los sistemas de loterías y sorteos que responden a una u otra denominación. La ONCE, la Bonoloto, la Primitiva, o la Lotería Nacional que se expide en décimos con mucha frecuencia han mostrado su cara benévola en la ciudad. Muchos son los afortunados en los últimos meses. No es raro que se oiga al pie del autobús de turno -los entrañables Amarillos - que alguno haga el encargo al familiar antes de la salida: «Que me compres un cupón de los ciegos en el quiosco de la estación, ¡que no se te olvide!».

Por esta razón, que deberá tener en cuenta, tiente a la suerte en la ciudad del Tajo, que si siempre se mostró generosa, parece que ahora lo hace con mayor intensidad. Ronda, alta y fuerte…y venturosa.

José BecerraMálaga