¿Por qué es más fácil perdonar a otra persona que perdonarme a mi mismo?

-Soy más duro conmigo que con lo que me hacen los demás.

-¿Cómo puedo conseguir perdonarme por algo que he hecho?

¿Te suenan estas reflexiones?

Perdonar no es fácil pero perdonarse a uno mismo por algo que he hecho es aún más complicado. Sin embargo, es necesario perdonarse para poder seguir adelante. Como dice María Suyapa Guadamuz, «La vida me ha enseñado de todo....excepto a perdonar mis propios errores».

La importancia del perdón | Vivir en el rencor, no perdonar, conlleva un gran desgaste. Esa energía que pierdes avivando el rencor, podrías utilizarla con una mejor finalidad, como para alimentar tu creatividad y tus habilidades, no la negatividad. Cuando perdonas te permites vivir en el presente y no permanecer en el pasado. Puedes crear tu futuro focalizando en el cambio, en la mejora, en adquirir experiencia, en lugar de retenerte en un pasado doloroso.

A veces no nos perdonarnos a nosotros mismos por miedo a perder nuestra identidad, olvidando que la hemos construido en base al rencor, al enfado, a la vulnerabilidad. ¿Es esa realmente la imagen que quieres que los demás tengan de ti? ¿Realmente eliges vivir en la ira, el enojo, el enfado contigo mismo?

Cuando no te perdonas, no solo te quedas en el pasado, también te perjudicas a ti mismo. La ira y el resentimiento son dos emociones que pueden ser extremadamente perjudiciales para tu salud.

Una de las primeras cosas que debes hacer dentro de este proceso para perdonarte es aceptar que, como todo ser humano, tú también puedes equivocarte. Los errores forman parte de tu proceso de desarrollo y crecimiento como persona. Cuando cometes errores, lo importante es aprender de lo que has hecho o vivido, tomarlo como una enseñanza de lo que no debes hacer y así corregir tu forma de ver la vida y de ver a los demás.

Mira el perdón como algo positivo | Cada vez que te sientas culpable por las cosas que has hecho, recuerda que no eres la única persona que se equivoca. Si te equivocaste, acéptalo y continúa. La vida es un aprendizaje continuo.

Trata de ver el perdón como una oportunidad de vivir emociones positivas, como la alegría, la generosidad, la fe en ti mismo. Centra tu discurso interior en lo que puedes ganar si te perdonas, si reduces las emociones negativas, y la oportunidad que te brindas a ti mismo de vivir otras situaciones en las que podrás seguir aprendiendo.

Cuando eres capaz de perdonar a los demás pero no te perdonas a ti mismo, estás tratando de mantenerte en un estándar más alto que el resto de personas a tu alrededor. El perfeccionismo provoca que seas demasiado exigente contigo mismo. Estás atrapado en una situación donde el perdón a ti mismo es muy difícil porque parecería que has aceptado estar por debajo de tu estándar. Sal de este ciclo vicioso de forma de pensar, haciendo lo que Martha Beck llama «abrazar la imperfección». Beck asegura que «abrazar la imperfección es la manera de lograr lo que el perfeccionismo busca pero nunca encuentra». Te permite aceptar que todos los seres humanos son imperfectos y que tú eres un ser humano imperfecto también.

Perdonar no implica olvidar | Tienes derecho a aprender de tu experiencia y a ser guiado por esa experiencia. Se trata de dejar de lado el resentimiento y la reprensión auto-infligida que viene a la hora de recordar.

El malentendido entre perdonar y olvidar puede llevarte a sentir que no es correcto personarte a ti mismo porque a la hora de hacerlo, también te estás olvidando de lo malo del pasado. Si este factor evita que te perdones, ten en mente que el perdón es un proceso mental en el que sigues recordando lo que pasó y no condonas algo que estuvo «mal» como si fuera «bueno».

Deja de castigarte | Es correcto decir «no estoy orgulloso de lo que he hecho, pero decido seguir adelante por el bien de mi salud y mi bienestar y el de aquellos a mi alrededor». Esta afirmación te permite romper el ciclo de auto-daño en el que caes cuando sigues culpándote, porque abiertamente comprendes lo que estuvo mal y la intención de hacerlo bien de ahora en adelante. Piensa en lo que mejorará en tu vida si puedes liberarte y cómo conseguirlo. Pero sólo con decirte que te perdonas puede no ser suficiente. Haz cosas para confirmar tu proceso de perdón. Te dará un nuevo sentido de propósito.

Mira el perdón como un camino, no un fin | Si eres responsable de pensar que no puedes conseguir perdonarte, puede que estés saboteando tus opciones de empezar el camino hacia el perdón. Ayuda aceptar que el perdón es un proceso constante y que tendrás días buenos y días malos, como la mayoría de sentimientos y experiencias en la vida. Puede que sientas que has alcanzado un punto de perdón, sólo para que suceda algo para hacerte sentir que todo fue en vano y que estás de regreso como al principio, enfadado y molesto contigo mismo.

¿Qué quieres perdonarte? ¿Para qué? Y si no lo haces, ¿qué ocurrirá?

* Malpartida es Directora de Picuality Recursos Humanos @Picuality | www.picuality.com