Yo siempre he trabajado en equipo. O eso creía yo. En los diferentes puestos que he ejercido he tenido la suerte de trabajar con personas de las que he aprendido muchas cosas, algunas buenas, otras no tanto, pero de todas he obtenido algún aprendizaje. Trabajábamos en un ambiente de respeto y comunicación. Teníamos un objetivo común, siguiendo las órdenes de un líder que nos mantenía organizados y planificaba el trabajo. Cada uno tenía muy clara su responsabilidad. Pero me he dado cuenta de que eso no es un equipo. Y no es simplemente una cuestión de organización, es algo más complejo. Recientemente he trabajado en un verdadero equipo y ha sido muy distinto. Ahora lo he comprendido. En este equipo hay personas con habilidades y competencias diferentes, pero complementarias. Tenemos un objetivo común pero nuestra responsabilidad es compartida y sobre la consecución del mismo, no sobre nuestra tarea de forma aislada. Compartimos roles y responsabilidades y desarrollamos nuevas habilidades para mejorar el desempeño de todos, el desempeño del equipo. Entre todos alcanzamos acuerdos en pro del objetivo común, con un enfoque que hemos definido juntos, no lo ha impuesto ninguno de nosotros. Tenemos diferentes puntos de vista y aunque haya una persona que lidera un tema o un proyecto concreto, éste no tiene una posición dominante sobre los demás. Es más, el liderazgo no lo ostenta siempre la misma persona, todos pueden asumir el rol de líder en una u otra circunstancia. Todos tenemos clara cuál es la misión del equipo y estamos comprometidos con ella. Los miembros del equipo no son autónomos, unos dependen de otros pero eso no exige que tengan que estar próximos físicamente. En el equipo es necesaria la coordinación, por lo que se hace imprescindible establecer unos estándares comunes de actuación (rapidez de respuesta, eficacia, precisión, dedicación, etc.). La cohesión del equipo es algo fundamental. Con cohesión me refiero a que hay una estrecha colaboración entre sus miembros. Hay unos valores comunes que sirven de nexo entre todos. Las motivaciones y necesidades de cada uno pueden ser distintas, pero existe ese nexo. Por tanto, podríamos resumir en unas líneas lo que es importante en un equipo para no ser simplemente un grupo:

- Complementariedad de perfiles

- Objetivo e identidad común

- Responsabilidad compartida

- Enfoque en el desempeño del equipo

- Las decisiones se toman juntos.

- Compromiso con la misión común

- Dependencia entre los miembros

- Coordinación.

- Cohesión.

- Cooperación

- Respeto

- Comunicación.

Pero más allá de todo esto me he dado cuenta de que lo que de verdad diferencia este equipo de los otros con los que he trabajado es el vínculo que se ha creado entre nosotros. El vinculo emocional. Este vínculo nos ayuda a generar una serie de emociones positivas que aportan bienestar y salud a nuestra mente y nos benefician en aspectos importantes como el fomento de la creatividad y la generación de ideas, observación de diferentes perspectivas, aceptación de nuevas perspectivas. Se ha creado un clima de confianza que anima a opinar, sin miedo a la crítica de los demás, ni a que tu idea no sea aceptada. Desde la confianza se proponen alternativas e ideas aunque no sean viables, pero es a partir de ellas que se pueden generar las buenas, las que se pueden aplicar. Se crean sinergias que concluirán en un mejor resultado del objetivo común. La generación de este vínculo ayuda a prevenir que se adopten roles individualistas, donde una persona quiera destacar por encima de las demás. Se comparten tanto los éxitos como los fracasos. A pesar de que las tareas se definen de manera muy concreta para cada uno, existe una actitud de ayuda y colaboración entre los miembros para ayudar a otros con más carga de trabajo o mayor dificultad. El equipo en su conjunto tiene mayor valor que la suma de sus miembros. Cuando esto sucede, los resultados son realmente extraordinarios, no solo alcanzando los objetivos marcados, sino llegando incluso más allá de ellos. Al principio, cuando creamos este nuevo grupo de personas, éramos solo eso, un grupo. Ha sido a través de la generación de confianza y de vínculos emocionales cuando hemos comenzado a generar sinergias, a ser un verdadero equipo, a aportar verdadero valor a nuestro proyecto. Es por esta razón que considero que para trabajar en equipo es necesario generar vínculos emocionales con quienes lo conforman. «Para que surja lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible». Herman Hesse. ¿Tú cómo trabajas, en equipo o en grupo?

*Pilar Malpartida es socia directora de Picuality Recursos Humanos

@pilarmalp