10 de julio de 2014, siete de la tarde, más de trescientas personas acuden a la presentación del documental «Yo decido. El tren de la libertad» en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, en un acto organizado por la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales y la Universidad de Málaga, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer y la Plataforma Marea Violeta. Existe una gran expectación para conocer esta película rodada por más de ochenta cineastas de toda España, y que se estrena simultáneamente en 87 salas de todo el territorio nacional.

1 de febrero de 2014. Miles de personas procedentes de todos los rincones del país marchan hasta Madrid para protestar por la reforma de la actual ley del aborto, convirtiéndose ésta en la manifestación feminista más importante de la historia de España. La iniciativa había partido de Asturias, de la Tertulia Feminista les Comadres de Gijón y de Mujeres por la Igualdad de Barredos, que había conseguido el apoyo de numerosos colectivos de España, Italia, Francia, Inglaterra, Bélgica o Ecuador. El éxito de adhesiones que, previa a la marcha, había alcanzado la convocatoria dio la idea a Pilar Aguilar Carrasco, una de las comadres asturianas, de realizar una película que dejara testimonio de la lucha de las mujeres por la consecución y preservación de sus plenos derechos sexuales y reproductivos, y sirviera de motivación para continuar avanzando. El reto fue recogido por la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), presidida por Virginia Yagüe. El documental muestra de forma muy dinámica, incluso alegre, y reivindicativa, el recorrido de las movilizaciones contra el anteproyecto de ley de Gallardón desde sus puntos de origen hasta su confluencia en Madrid, para lo cual contó con un gran despliegue técnico. La película es un documento audiovisual de enorme interés sociológico y político para conocer el estado de opinión de multitud de mujeres y de hombres de España ante el recorte de derechos al que se ven sometidas las mujeres con políticas restrictivas más propias de épocas pasadas que nunca deberían volverse a repetir.

En la Facultad de Ciencias de la Comunicación, la proyección de la película fue precedida por las palabras de Eva Bermúdez, productora y realizadora, socia de la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales, y persona implicada directamente en el proyecto de concienciación ciudadana que surge del documental; por quien esto suscribe, como Decano de la Facultad; y por Chantal Pérez, Vicerrectora de Extensión Universitaria de nuestra universidad. A mi entender, para quienes creemos en la universidad pública, en el servicio público, la función social de la universidad es una de sus grandes tareas. Abrirnos a la calle y sentir su pálpito, para conocer mejor nuestro entorno y para proporcionarle las respuestas más adecuadas desde nuestro propio caudal de pensamiento. Pese a las amenazas que acechan a la universidad desde postulados neoliberales que no entienden de servicio público, la universidad pública debe seguir siendo la casa de la libertad, en la que junto al estudio, la formación y la investigación, el debate plural, libre y abierto, ha de estar siempre presente. En los tiempos que corren, en los que se han puesto en peligro muchos de los avances sociales que habíamos experimentado en España en los últimos años, muchos de ellos bajo el pretexto de la crisis económica, la universidad debe cumplir un papel activo en la dinamización del debate público como foro de libertad, formando parte de ese tren de todas las libertades que nos debería conducir a una sociedad más justa, más libre, más solidaria y más tolerante.

Al grito de «Sí, se puede», las personas que llenaban la sala, mujeres y hombres de todas las edades, aplaudían emocionadas al final de una película que las ha situado de nuevo y de cara frente a un proyecto de reforma más restrictivo que la ley de supuestos de 1985. Han pasado casi treinta años de la aprobación de aquella ley, la primera ley del aborto existente en España, y las mujeres vuelven a retroceder en sus derechos. Aquellas que en los años de la transición los habían defendido en la calle han vuelto a encontrarse en 2014 ante los mismos problemas. Y con perplejidad pero con la misma convicción han vuelto a situarse en primera línea de la contestación ciudadana.

Tras la proyección, María Jesús Alonso, vicepresidenta de la Sociedad Andaluza de Contracepción, y Lola Rodríguez, presidenta de la Plataforma Violencia Cero, participaron en un coloquio sobre la película y los temas que en ella se plantean. Lo mismo se estaba produciendo al mismo tiempo en numerosos lugares de España.

«Yo decido. El tren de la libertad» está ahora en la red, a disposición de todos. La fuerza multiplicadora de la Web puesta al servicio de las ciudadanas y ciudadanos de todo el mundo.

*Juan Antonio García Galindo es catedrático de Periodismo de la Universidad de Málaga